El día paso alegre y en un gran ambiente para los trillizos en compañía de su familia, recibiendo muchos regalos, bromas y risas; algo que Jenny y Alejandro habían extrañado mucho.
- Eduardo, de nuevo muchas gracias – declaro Jenny, cuando ya estaban solos y al fin podía darle un beso para agradecerle por el regalo – me sorprendiste con este regalo.
- Bueno es que se lo especial que es esa joya para ti – dijo coqueto Eduardo, tomando la cadenita para ayudar a ponérsela.
- Y ¿cuánto tardaste en encontrarlo? - dijo Jenny tocando su cadenita con una sonrisa.
- 3 días enteros sin dormir, ya que me dolió que te fueras triste porque lo perdiste cuando te subías al carruaje – indico el sonriéndole.
- Es que es mi tesoro especial, porque fue un regalo que me dieron por una buena acción cuando acompañe a papá a buscar el regalo de mama con el herrero – le dijo mientras recordaba ese día.
- Yo no sé esa historia, ¿me la cuentas? - dijo Eduardo sonriéndole, mientras se sentaba al lado de su amad