19. DI MI NOMBRE
TRINITY
Su mano apretó mi cadera y la otra dominante, sobre mi nuca, controlando mis movimientos, obligándome a recibir sin resistencia el saqueo ardiente de su boca.
Abracé su espalda y lo pegué más a mí, sus fuertes músculos contraídos en tensión, contra mi abdomen ya podía sentir la dureza de su erección y esa colonia embriagante me tenía con la cabeza dando vueltas.
— Nena no te imaginas cuando te deseo, mmnn… — apretó con fuerzas mis nalgas, pegándonos como si quisiera fundir nuestras pieles, rozando eróticamente su duro miembro contra mi pelvis.
— Muero por montarte mi ardiente pelirroja … ver tu rostro mientras te corres con mi polla adentro jodiéndote bien duro… — lamía mi oído y susurraba oscuras seducciones.
Joder, me estaba encendiendo en llamas, mis bragas por completo humedecidas.
Sonidos lascivos, húmedos y gemidos reprimidos se escapaban de entre nuestros labios, pero en medio del mayor recalentamiento de mi vida, el rechinar de una cama me trajo de vuelta a la reali