La celebración se encuentra en su mejor momento, y Vanessa se encuentra atrapada en medio del frenesí. Los tomates vuelan por todas partes, llenando el aire y cubriendo las calles y a los participantes con un manto rojo muy pegajoso. Vanessa, no puede evitar reír a carcajadas mientras está empapada de tomate, su ropa y cabello completamente teñidos de rojo.
Con una sonrisa amplia y brillante, se lanza a la batalla, arrojando y esquivando los tomates de los demás tanto como puede. El calor del sol y la euforia de la celebración la llenan de una energía vibrante y contagiosa, una que siente como la hace recuperar toda la energía que tenía perdida. Su risa resuena en el aire, mezclándose con las risas y gritos de los otros participantes.
A su lado Ioana, también se encuentra perdida en su propia emoción, pero al no alcanzar a agacharse para evitar un tomate volador, siente la pegajosa masa resbalar por su cara. Al limpiar su rostro con las manos, Vanessa se vuelve aún con su cara manchad