C283- UNA VEZ QUE ME VAYA.

Ashly no se movió. No hizo un solo gesto. Era como si el tiempo se hubiera detenido alrededor suyo. Como si el aire hubiera sido reemplazado por plomo. Frente a ella, el hombre al que amaba —el único— acababa de llevarla al cielo con sus palabras… para luego dejarla caer de golpe al abismo.

Y el impacto fue brutal.

Drakos dio un paso hacia ella, desesperado, con los ojos ardiendo.

—Fue un error —dijo, con voz quebrada—. Un gran error, Ash… pero lo resolveré. Te lo juro. Lo resolveré.

La abrazó, fuerte, como si al tenerla entre sus brazos pudiera borrar el daño. Pero ella no le devolvió el abrazo. Permaneció quieta, congelada. Su cuerpo no reaccionaba, porque por dentro todo se desmoronaba.

Drakos cerró los ojos con fuerza, presionando su frente contra su cabello.

—Lo siento… —susurró con un nudo en la garganta—. Por favor, perdóname…

Sus manos temblaban al sostenerla. Estaba en su punto más bajo, sin escudos, sin máscaras, era un hombre arrastrado por la ang