C215-ELLA ES SU LLAMA.

La sala estaba llena.

Los dragones del consejo ocupaban sus lugares en el semicírculo de piedra tallada, algunos murmuraban en voz baja, otros simplemente miraban al frente, esperando que Drakos hablara.

El ambiente estaba cargado, no era común una reunión a esa hora y sin previo aviso.

Drakos entró y se plantó frente al trono de obsidiana, pero no se sentó. Pero antes de que pudiera abrir la boca, la puerta se abrió de golpe. Vargos cruzó como una tormenta, sus ojos estaban encendidos.

—¡Esto es una burla, Drakos! ¡Una condenada burla! —soltó alzando la voz—. ¡Mi hija no será sirvienta de una loba!

Los murmullos se detuvieron y todos lo miraron, pero Drakos no se movió.

—Vexys intentó pasar por encima de mí —respondió con calma, sin levantar la voz—. Lo hizo con premeditación y abuso de su posición y eso tiene consecuencias. Deberías agradecer que no le quité el fuego.

Los miembros del consejo se miraron entre sí, incómodos. Uno murmuró algo que no se alcanzó a