C135 - SOMOS HERMANOS.Zayden despertó con un ardor insoportable en las muñecas y el cuello. La cabeza le palpitaba, y el sabor metálico de la sangre le llenaba la boca. Intentó moverse, pero cada mínimo gesto lo hacía gemir.Miró alrededor y se dio cuenta de que ya no estaban en la mazmorra. Ahora estaba encerrado en una carreta de acero negro y plata, reforzada con runas antiguas. El interior era angosto, donde apenas podía moverse. Las rejas eran gruesas y con púas que sobresalían hacia dentro, diseñadas para que cualquier intento de escapar lo destrozara. Miró hacia abajo: el suelo estaba cubierto con polvo de hierro lunar, una sustancia que debilitaba a los cambiaformas hasta casi dejarlos inconscientes.Evidentemente, Leonard no quería que escapara.Miró a su lado. Noah seguía inconsciente; había una herida como la de él en la cabeza. Preocupado, se aseguró de que respirara y, afortunadamente, lo hacía. La carreta comenzó a avanzar lentamente por el centro de la manada.La gente
C136 - EMBOSCADA.Kendra palideció.El mundo pareció vaciarse a su alrededor, y el asco le subió desde el estómago, llenándole la garganta. Sus labios temblaron, pero no alcanzó a decir nada.«Somos hermanos».Estaba a punto de hablar cuando la carreta comenzó a moverse. El crujido de las ruedas arrastrándose por el suelo seco la sacó del trance. Dio un paso atrás sin dejar de mirar a Zayden, pero él ya no la observaba.Kendra quedó inmóvil, con el corazón bombeando descontrolado. Y solo había una pregunta: ¿Y si era verdad?En otra parte, Willow ya estaba lejos del territorio de la manada. Se había marchado después de que habló con Odette, lo hizo sin que nadie lo notara. Todos estaban ocupados con el traslado de Zayden, tal como Odette lo había anticipado.Se detuvo en una zona alta, desde donde se veía parte del sendero rocoso. Tomó aire con fuerza, cerró los ojos y murmuró una oración a la diosa:—Haz que esto funcione… por favor… haz que funcione.Su pecho latía con fuerza, pero
C1- NACIÓ MUERTO.—¡Ya viene, Luna, ya viene! —dijo la sanadora—. El cachorro ya pronto estará en tus brazos. ¡Puja, puja con todas tus fuerzas!Odette obedeció. Su cuerpo, tembloroso y empapado en sudor, jadeaba mientras otra ola de dolor la atravesaba. Apretó los dientes, sus manos se aferraron con fuerza a las sábanas empapadas y dejó que su cuerpo se desgarrara desde dentro. De repente, llegó el alivio. Y con él, un vacío abrumador.—Ya está —anunció la sanadora. Pero su tono no era de triunfo, sino de tristeza.Odette levantó la mirada, con los labios temblorosos.—No escucho llanto. No escucho nada. ¿Cómo está? —preguntó, apenas sosteniendo sus palabras—. ¿Por qué no llora? ¡¿Por qué no lo escucho?!La sanadora no respondió al instante. Miró al pequeño cuerpo inerte en sus brazos y luego a ella. Sus ojos lo dijeron todo antes de que hablara.—Fue un niño, Luna... pero... nació muerto.Odette parpadeó, como si no pudiera procesar las palabras.—No... —susurró, su voz quebrándose—
C2- VÍNCULO ROTO.A la mañana siguiente, Odette se levantó de la cama con movimientos lentos; su cuerpo aún estaba débil y adolorido. Kilye, su doncella, la miraba con preocupación.—Mi señora... es muy pronto para levantarse. Está muy débil —dijo la joven loba.Pero Odette negó, ignorando el ardor que aún sentía en su vientre.—No, Kilye. Tengo que verlo. Necesito solucionar esto con Ragnar.La chica suspiró, resignada. Sabía que no había forma de detenerla. Todo el mundo conocía el amor que Odette le tenía a Ragnar, un amor que había nacido desde que eran cachorros. Su unión había sido bendecida por la Diosa cuando sus lobos despertaron, y ese día había sido el más feliz de su vida.Pero esa felicidad se había desmoronado con el tiempo, con cada embarazo fallido, con cada pérdida. Y ahora, su relación pendía de un hilo, pero Odette no estaba dispuesta a dejar que se rompiera.Estaba segura de que lo que Ragnar había dicho la noche anterior era producto del dolor y la ira.Tenía que
C3 - ELLA ME OBLIGÓ.1 MES DESPUÉS…Durante los días siguientes, el vínculo de Odette con Ragnar comenzó a desintegrarse. La atracción que alguna vez sintió por él se desvanecía poco a poco, y con ella, su fuerza. Pero tanto ella como Lía estaban en peligro. La falta de energía la debilitaba cada vez más.Afortunadamente, Kylie, su criada personal, no permitía que se derrumbara por completo. Todos los días le llevaba jugos y comida exótica, y cuando Odette se negaba a comer, la obligaba, como en ese momento.—Mi señora… tiene que comer. Está muy débil —insistió la joven, colocando un plato frente a ella.Odette suspiró y tomó el cubierto con lentitud. Kylie sonrió, satisfecha.—No puede darle el gusto de verla destruida. Esa Briella no es nada comparada con usted, mi señora.Odette entendió a qué se refería.Porque, aunque ya no era la compañera de Ragnar, seguía siendo la hija de Alistair Silvermoon, uno de los antiguos alfas de los siete reinos.—Gracias, Kylie —dijo, tomando la man
C4-RECUPERARLO TODO.«¿Bebé?»El pecho de Odette se contrajo. —¿Cómo pudiste, Odette? —gruñó Ragnar, su mano rodeando su garganta, su agarre era despiadado —. ¡¿Cómo te atreves a intentar matar a mi hijo?! ¡¿Tan resentida estás que serías capaz de hacer algo tan bajo?!Ella agarró su muñeca, luchando por respirar.—¡Ragnar! —exclamó con dificultad—. ¡Suéltame!Pero, en lugar de soltarla, la arrojó al suelo, ella cayó sobre sus manos y rodillas. Y cuando levantó la vista, se encontró con la mirada fría y acusadora de su excompañero.—Mantente lejos de ella —la amenazó—. Es mi última advertencia. Briella está embarazada de mi heredero. Y si tengo que sacarte del medio para que él viva, ten la seguridad de que lo haré, Odette. ¡No me pongas a prueba!La ira y el dolor perforaron su pecho, pero no dijo nada. Solo lo observó girarse hacia Briella y levantarla en sus brazos, como si fuera su tesoro más preciado, mientras la llevaba de regreso al castillo.Horas más tarde, se abrazaba a sí
C5-ALFA ZAYDEN.Zayden entró al gran salón imponente de un verdadero alfa. Su cabello negro caía desordenado y sus ojos de un azul profundo se movieron con astucia sobre la multitud. Alto, musculoso y con la energía dominante de un lobo nato, su sola presencia silenció la habitación.Odette lo miró y sintió una atracción inmediata, un magnetismo innegable. No era solo su apariencia, era su poder, la seguridad con la que se movía. Por otra parte, Briella también lo observaba con interés. Sus labios se entreabrieron sutilmente, como si ya imaginara lo que sería estar bajo el dominio de un alfa como él.Zayden avanzó, y todos se acercaron, ansiosos por saludarlo. Las palabras de bienvenida y las reverencias eran inevitables, sin embargo, de la nada su mirada se cruzó con la de Odette. Ella respiró hondo, armándose de valor, y comenzó a caminar hacia él con seguridad. Y cuando llegó, le entregó una copa con una sonrisa seductora.—Bienvenido, Alfa Zayden —dijo, con un toque de coquetería
C6- QUIERO UN HIJO.En la habitación, Odette sentía el peso de su decisión, pero sabía que no podía retroceder si quería recuperar su manada.—Siéntate —le indicó.Zayden obedeció, aunque su mirada la recorrió sin disimulo. Observaba cada detalle, cada gesto. Le gustaba lo que veía, pero la curiosidad lo invadía: ¿cómo era posible que Ragnar la hubiera cambiado por Briella? Para él, aquella mujer no tenía nada de especial.Odette desapareció en el baño y, cuando regresó, llevaba puesta solo una bata que se ceñía a su figura. Sus piernas quedaron al descubierto, y el apretó los puños, esforzándose por mantener el control.—Gracias por la chaqueta —dijo ella, extendiéndosela.«Hermano... esta mujer es sexy como el infierno», gruñó Vin en su mente. «Mira esas piernas. Nos haría olvidar que no hemos tenido una mujer en mucho tiempo».«Cállate», gruñó Zayden en respuesta mental.Él asintió con un leve movimiento, pero no dejó de mirarla. Odette sintió su escrutinio como una caricia ardient