Camina de nuevo hacia ella, agachándose a su altura, dejando su cara a escasos centímetros de la de Amara. –No va a venir. Porque él ya no está entre nosotros. Murió. Lo sé. Seguramente te lo dijeron, pero no quisiste creerlo. A veces la esperanza es más adictiva que la verdad. Pero linda… vas a tener que hacerte a la idea de que de este lugar, solo vas a salir si alguien te lleva en brazos. Y no va a ser para salvarte… va a ser para usarte como si fueras un simple objeto. Un juguete, ¿te queda claro?
Se incorpora lentamente, como si disfrutara cada palabra, cada segúndo de su terror. Luego, se encamina hacia la puerta sin mirar atrás –Te recomiendo que empieces a rezar. Aunque sea tarde– añade con frialdad antes de desaparecer
Úrsula se queda mirándola unos segundos más, sus ojos vacíos de compasión, pero cargados de una amargura que parece venir de lejos. –Escúchame bien –dice con voz baja, pero firme. – Si pensabas que yo era la mala… te aviso que él es tres veces peor. No inten