AL DÍA SIGUIENTE
Úrsula avanza con una elegancia que oculta sutilmente sus verdaderas intenciones. Cruza el umbral de la oficina de Cristóbal con una sonrisa que, aunque aparentemente cordial, lleva consigo un matiz coqueto y maquinador. Ha comenzado su plan para minar la estabilidad de la hija de su prometido Carlos
–Hola, ¿cómo te encuentras el día de hoy?– pregunta Úrsula con un tono suavemente cálido, fingiendo una amabilidad que se siente como un cuchillo oculto bajo la piel. Su sonrisa es cautivadora, pero sus ojos no esconden la fría estrategia que siempre guía sus movimientos. Ella no busca una conversación casual; no está aquí por simple cortesía, sino porque quiere continuar con sus planes
Cristóbal la observa, un poco desconcertado. –Buenos días, señora. El día de hoy me encuentro bien. ¿Qué necesita hoy?– responde él con una actitud profesional, aunque no puede evitar preguntarse por qué ha vuelto a aparecer tan repentinamente. Pensó que ya había terminado con todo lo