Amara se encuentra atrapada en la habitación, la presión dentro de su pecho se convierte en un nudo insoportable. No sabe si su mente se siente más confundida o su corazón roto, pero no hay tiempo para dudar. No puede permitir que Liam la vea nuevamente vulnerable. No puede permitirse mostrar inseguridad. Las preguntas que se encienden en su mente la queman, pero aún así da vueltas de un lado a otro..
¿Cómo va a enfrentarlo? ¿Qué puede decir después de todo lo que ha ocurrido? Él merece una explicación, pero ¿qué podría decirle que no sea una mentira aún más dolorosa? Amara lo sabe, lo siente en las entrañas: no hay vuelta atrás, solo un futuro incierto marcado por sus decisiones.
Con el ceño fruncido, Amara se dirige al espejo y un reflejo distante la observa, alguien que ya no reconoce completamente. Pero no tiene tiempo para debilitarse ahora. Se toma un momento para colocar unos lentes de sol oscuros que ocultan sus ojos, esos ojos que delatan su angustia. Y coloca una máscara