Jovanna entró en su casa y le alegro ver que su hermano había estado empleando bien el dinero reparando la casa. La escalera ya estaba en perfectas condiciones y también la cocina y la habitación de sus padres en el primer plano de casa.
_ Jovanna, al fin te dignaste a venir. _escucho la voz de su hermano que acababa de llegar con unas bolsas de compras y ayudándose con unas muletas.
_ ¡Gio!_ le dijo ella saltándole al cuello haciendo caer la bolsa_ te extrañe tanto_ y la verdad no se había dado cuenta de cuanto echaba de menos a su familia durante esos pocos días hasta que lo vio allí ante ella.
_ ¡Calma o me harás caer! Ya era hora de que aparecieras, las ideas para justificar que durmieras en casa de Marianna se me estaban acabando. Y para justificar el dinero peor aún.
_ No les dijiste que estaba trabajando?
_ Nadie, absolutamente nadie, Jovanna, gana dos mil diario por un part-time. Así que ahora vas a sentarte ahí aprovechando que los viejos están supervisando las obras de re