CAPÍTULO 18. NO ME DES MALAS NOTICIAS
En el restaurante OK
»¿Sabes? En el poco tiempo que llevamos juntos, nunca la he visto consumiendo licor y esa noche, parecía estar ebria —señaló Mateo.
»Caminaba como yéndose hacia los lados, me dio la impresión que se desmayaría. Sin embargo, como tenía tan fuerte el olor a vómito, no pude apreciar con claridad, si había consumido o no licor —indicó este.
—Y ¿no le preguntaste? —inquirió Pablo, curioso.
—No, simplemente le regañé por haber tomado licor sin tener control de eso. Pero ella me gritó que me callara y se volvió a arquear para vomitar —expresó Mateo, ahora más preocupado, puesto que a través de esta conversación con su amigo, se ha dado cuenta, que ella realmente estaba enferma y él no se ocupó de esto.
—¡Amigo! Creo que tomaste una decisión errada al dejar ir sola a tu mujer, sintiéndose tan mal. Dios quiera que no tengas que arrepentirte de lo que hiciste —comentó este.
—¡¡Dios!! Me dolerá mucho perder a Adriana. A pesar, de que esto lo inicié con la intención de no com