Mateo González, un soltero empedernido, fue sorprendido por lo que llaman amor a primera vista. De forma accidental, conoció a la humilde y bella Adriana León, por quien se sintió atraído inmediatamente. Él, un poderoso hombre de negocios, billonario y CEO de una importantísima Corporación, le ofreció trabajo y ayuda tanto a ella como a su madre enferma. Sus hermanas, arrogantes y acostumbradas a que todos se sometieran a sus caprichos, le quisieron imponer un matrimonio obligado, con una de sus mejores amigas, de su mismo estrato social. No obstante, él acostumbrado a enfrentar retos y obstáculos con determinación, decidido siempre a hacer su voluntad, contra todo evento, propuso matrimonio a la humilde Adriana. Ella, enamorada y admirada de que la hubiera elegido para ser su esposa, aceptó emocionada, esta propuesta. Las hermanas de Mateo y su amiga, en disconformidad con este matrimonio, ante ciertas situaciones que se presentaron entre ellos, llevaron a cabo un divorcio exprés, a espaldas de estos, violando totalmente la ley e incurriendo en un grave delito. ¿Qué hará Mateo, ante esta situación? ¿Será capaz de denunciar a su hermanas y llevar a estas a la cárcel? O, ¿sacrificará su matrimonio con Adriana? Te invito a que sigas leyendo la historia, para que te enteres cual fue su decisión...
Leer másMateo González, un joven y exitoso empresario, de treinta años de edad, billonario, guapo, quien durante los últimos cinco años, se dedicó a viajar, para recorrer el mundo. Este viaje, que estaba a punto de culminar fue interrumpido debido a que su hermano mayor y CEO de la Corporación González & Asociados, Marcos González, sufrió un accidente.
Esto, lo mantiene hospitalizado, en coma, sin la certeza de su recuperación. En virtud de esto, Mateo regresó para asumir su cargo, el cual ocupa su hermano desde hace varios años. Al llegar al aeropuerto fue recibido por uno de los choferes de la mansión, quien lo condujo a la clínica donde está recluido. Una vez ahí, fue guiado hasta la UCI.
«¡Dios mío! ¡No puede ser!», pensó él, lamentándose al observar a su hermano, en este estado tan deplorable.
¡Aquí estoy, hermanito! —Expresó, en voz alta, dejando que sus lágrimas corrieran por sus mejillas, agregando— ¡Tú cuentas conmigo!
Mateo, se acercó a su hermano le besó en la frente y le comenzó a hablar al oído, convencido que este le escuchaba. Luego, de compartir unos minutos con él, salió de la UCI hacia la mansión.
Al día siguiente, este asumió el cargo de CEO en la empresa en la cual sus dos hermanas, Arantza y Angélica, ocupaban cargos directivos. Ellas, toda la vida lo han considerado un irresponsable, rebelde y de armas tomar, que siempre termina haciendo su voluntad, no lo que le recomienden o aconsejen los demás.
Al inicio, para Mateo fue duro, se enfrentó fuertemente con sus hermanas, quienes siempre le llevaban la contraria. Estuvo en disputa con ellas, quienes hasta ahora lo han querido manipular, para que él les complazca, en cuanto al deseo de que se case con su amiga.
Tres meses después…
Mateo, salió de la habitación especial que ocupaba su hermano en la Clínica, conversando con el médico a cargo de este. Al parecer, no había hasta la fecha, ninguna señal de recuperación por parte de Marcos, todo se mantenía igual que cuando él llegó a Ciudad El Dorado.
Él, estaba preocupado y enojado porque sus hermanas lo están obligando a que se case con una de sus amigas, Lila Rojas. Esta, se ha encargado de acosar a Mateo y ahuyentar de su lado a cuanto mujer se le acerca.
En virtud de esto, para relajarse y desahogarse con alguien, decidió llamar a su amigo Pablo, antes de subir a su Ferrari.
—¡Aló, Pablo! ¿Dónde estás? Me urge hablar contigo —solicitó él, con cierta ansiedad mirando al horizonte.
—Estoy desayunando en el café, que está ubicado diagonal a mí a oficina, además de despejar mi mente, con un personal femenino nuevo y joven que ha sido contratado ¡ja, ja, ja! —Sonrió Pablo.
»¿Si quieres, te vienes de una vez? —Cuestionó este a su amigo— Aquí te espero y te relajas igual —propuso, llevándose la taza de café a su boca, aspirando con el olfato su aroma y recorriendo con su mirada las jóvenes muchachas que atendían a la clientela.
—¡Voy para allá! —Respondió Mateo, encendiendo su Ferrari y sonriendo, ante los comentarios de su amigo.
Mateo atravesó la Ciudad para encontrarse con su amigo, recordando las amenazas e imposiciones de sus hermanas, con lo cual se volvió a enfurecer, al considerar como para ellas, era más importante su amiga que él, quien era su hermano menor y de su misma sangre.
Al llegar al estacionamiento del local, pudo observar el Bugatti Chiron Súper Sport de su amigo Pablo, ahí estacionado. Se bajó y caminó hacia la entrada de la cafetería.
—¡Hola, Pablo! —saludó Mateo, acercándose y abrazando a su amigo, sentándose luego, justo al frente de este.
—¡Hola, Mateo me da gusto verte! Ya casi no nos vemos, te tiene totalmente secuestrado, la dirección de la Corporación ¿Cómo está todo? —preguntó Pablo.
—¡Excelente, amigo! Los números y las estadísticas demuestran el éxito rotundo de esta, al mismo nivel que la mantenía Marcos. Sin embargo, hay algo que me está mortificando, desde hace días —comentó él, llevándose sus dos manos hacia la cabeza.
—¿Qué es? —preguntó su amigo, con una amplia sonrisa.
—En la última reunión, del Consejo, mis hermanas, apoyadas por todos los Directivos, solicitaron que formalizara un compromiso matrimonial, que si en el plazo de un mes, no lo hacía, me obligaran a celebrarlo con Lila Rojas.
—¿Quéeeeee? ¿Se volvieron dementes? —Interrogó su amigo, anonadado.
—Según ellas, eso les dará confianza en mí, en mi estabilidad y permanencia ¡O sea! Que no me voy a ir, ni abandonaré el cargo. Por lo visto, ¡dudan de mí! —manifestó él, apretando los puños fuertemente, golpeando con rabia la mesa.
—¡Eso es absurdo, Mateo! —Cuestionó su amigo— Desde que llegaste y asumiste el cargo de CEO te has dedicado en cuerpo y alma a la empresa, a multiplicar las ganancias de todos.
—¡Al parecer estas, no lo ven así! —afirmó él, frustrado.
—¡No lo debes permitir, amigo! —Respondió Pablo.
Mateo, pasándose las manos por sus cabellos negros y lacios que lo hacen ver, aún más joven de lo que realmente era, se fijó en una de las jóvenes que atendía en el lugar.
—¡Ahora entiendo, porque me mencionaste que estabas desayunando y despejando tu mente. Sinceramente, ¡esa chica, la de falda azul, esta como quiere! —refirió él, sonriendo y desviándose del tema en conversación.
—¡Te lo dije, amigo! Lo quieras o no, con este personal te distraes, despejas y relajas totalmente, ¡ja, ja, ja! —Afirmó Pablo, siguiendo con la mirada a las jóvenes que atendían y quienes les miraba ocasionalmente.
Desde muy joven, Mateo se destacó por su increíble físico. Es un hombre moreno, guapo, alto, atlético, y dueño de un par de ojos negros como la noche, bellísimos. Además, de tener un ojo de águila para los negocios.
—¡¡Es absurdo, lo que pretenden tus hermanas!! —Exclamó Pablo, retomando el tema de conversación entre ellos y enojado al ponerse en el lugar de su amigo.
»¡Esa posición del Consejo Directivo es una arbitrariedad! Nadie te puede obligar a contraer matrimonio con una persona que tú no deseas. Además, a finales de este siglo XX, a punto de iniciar el nuevo milenio, que pretendan casarte obligado, ¡es una locura!
»El hecho de que Marcos, este casado no asegura para nada, su permanencia en el cargo. Y no creo que eso sea una política de la Corporación. Habla con tu abogado, para que revise los estatutos.
—¡¡Grrr…!! —gruñó Mateo, porque si algo le molestaba y le enfurecía era que le quisieran imponer algo y mucho más, si esto, estaba relacionado con la elección de la mujer que será su compañera por toda la vida— ¡Definitivamente, están locas! —exclamó este enfurecido.
—¡Tranquilo! —Aconsejó su amigo, para calmar a este— Simula que le sigues la corriente. No obstante, deja bien claro, “que eres tú y cuando tú quieras, quien elegirá a la mujer de tu vida”.
—¡Ya se los he dicho! —añadió Mateo— Pero, te tomaré la palabra, pediré al abogado que revise los estatutos, mientras simularé y les seguiré la corriente. Veremos ¿quién se sale con la suya? —Afirmó él, pensando seriamente en esto— Lo que menos deseo es involucrarme en una relación formal con alguien.
»¡Estoy extraordinariamente bien, así! Sin compromiso con nadie —aseguró Mateo, sonriendo hasta con los ojos, agregando— ¡Así puedo disfrutar de todas y todas disfrutan de mí, sin ningún compromiso!
—¡Mateo! Y hablando de eso ¿Qué pasó con la pelirroja que te acompañaba en oriente hace meses atrás? —preguntó su amigo, dando un pequeño manotón sobre su hombro.
—¡Quería anillo, mascota y exclusividad! Y no, eso no va conmigo —respondió este, sonriendo, abriendo sus brazos y manos con un gesto de incredulidad— ¡Eso no es para mí! Nací libre y así viviré, por eso no me visualizo en un compromiso formal con alguien, ¡ja, ja, ja!
—¡Eres difícil de cazar y domar! —Argumentó su amigo— Sin embargo, ¡ya verás! Eso será hasta que te llegue la propia. La mujer ante quien serás sumiso y obediente, con la cual querrás vivir pegado todo el tiempo —aseguró Pablo, con una sonrisa en sus labios.
—¡Jamás! —Aseguró este sonriendo...
El vuelo llegó al referido aeropuerto, a la hora estipulada. Ahí, los esperaba, un chófer y su camioneta, la cual había rentado Mateo para el traslado tanto de ellos, como de la tripulación hasta el hotel donde hizo las reservaciones.—¡Bienvenida, mi amor! —mencionó Mateo, abriendo sus brazos y mostrando el panorama a Adriana para que bajara las escaleras. Pero ella le informó, que le costaba mucho caminar y le temblaban las piernas. Ante esto, él la miró y le sonrió preguntándole bajito…—¿Por qué no me dijiste al salir de la habitación? Te hubiese dado un Ibuprofeno —aclaró él.—Porque sentía la molestia, pero no me recordé del ajetreo y lo duro que me castigaste hoy, en nuestro primer día de luna de miel —respondió ella haciendo un puchero.—¡Perdón, por favor! Mi amor, recuerdo que te pregunté si paraba y me respondiste que no, solo que no fuera tan duro y así lo hice —expuso él, levantando a esta en sus brazos y bajando con mucho cuidado las escaleras del avión.Una vez en la su
—¿A dónde vamos? —preguntó Adriana, alegre y asombrada.—A las Islas Bahamas —respondió Mateo satisfecho, sabiendo que esto le agradará a ella.—¡Gracias, gracias mi amor! Es un sueño hecho realidad —aclamó ella feliz, dando un brinco de felicidad— ¿Cómo sabes que anhelaba esto? Nunca te lo mencioné —comentó ella, feliz y dichosa.—¡Esa es mi obligación! Saber exactamente lo que sientes, deseas, para apoyarte, ayudarte y complacerte —agregó él.—¡Amor! Deja que me despida de los niños —suplicó ella.—¡No, mi amor! Después, lloran si ven que te marchas, solo serán siete días —aseguró él, tomando a su mujer de la mano.Los dos subieron a la camioneta, en donde los esperaba Sebastián, que fue el encargado de llevarlos al aeropuerto. Al llegar a este, los esperaba el Capitán de la nave quien los felicitó, junto con el resto de la tripulación.—¿Estás cansada? —preguntó Mateo, observando lo hermosa que se veía, recordando las ganas de amarla que sentía desde la noche anterior.—No. Pero, s
—Adriana, no tiene cara de celosa o tóxica. Pero, Claudia sí. Me huele cada vez que llegó y me abraza. Es como si buscara en mi ropa o en mi cuerpo, algún olor distinto al de ella o al mío propio —explicó Marcos, sonriendo y levantando su copa.—¡Ja, ja, ja! —se carcajeó Mateo— Pero, no será que le has dado motivo para ello —cuestionó este, con una sonrisa pícara.—¿Sabes que volvió Marisol de Cárdena? —cuestionó él— Ella, tiene un olor muy peculiar que me encanta —confesó Marcos, hablando bajito y mirando hacia la puerta de entrada del mismo.»La primera vez que estuvo en la oficina, se me acercó, me dio un beso y me abrazó. Cuando llegue aquí, ni siquiera me le acerqué a un metro de distancia a Claudia y comenzó a estornudar, porque algo le había dado alergia, al revisarme estaba impregnado del olor de ella.»No me quedó más que decir a mi mujer, que ella había estado con su esposo y que al despedirse de mí, como se me acercó se me pegó el olor.—¡O sea! Mi cuñada tiene radar detect
En CabimasUna vez que comenzó el interrogatorio, el indiciado negó en todo momento ser el autor de ese siniestro. Alegando que estaba en determinado sitio con sus amigos. Obviamente, todos eran tan delincuentes como él, por esta razón, ni el detective, ni la fiscal le creyeron.Por otra parte, Liliana se había ido a refugiar a casa de sus primos. Ella, sospechaba que al detener a su cómplice, este la delatará. Sin embargo, ella no se tranquilizó porque sus mismos primos, no la toleraban, razón por la cual sus nervios, estaban incontrolables.Esa noche, en el recinto policial Nava, Charles y Tony se reunieron con el detenido para que hablara. Ellos, le hicieron ver que lo tenían grabado quemando los locales, que recibirá una condena a cadena perpetua, por ser el autor material e intelectual de la muerte de dos personas.Sin embargo, ellos ofrecieron ayudarlo con el fiscal, para reducir la pena, si confesaba el nombre del autor intelectual del mismo. Haciendo ver a este que no era just
En la ClínicaAl llegar, Mateo y Adriana a la clínica se encontraron con los padres de Diego, sus hermanas, también con Marcos, Claudia, Arantza. Estos, saludaron a todos, preguntando por Angélica y Diego.—Entraron a la sala de parto, porque Angélica, había comenzado el trabajo de parto, aclaró Arantza —algo preocupada, puesto que sabía que su hermana estaba nerviosa y antes de entrar, quería ver a Mateo.—Me retrasé en la salida porque Adriana, debió amamantar al bebé antes de salir —respondió él, pasando un mensaje de texto al celular de su hermana y de Diego.[«Estoy aquí hermanita, acompañándote, voy llegando con Adriana, te deseamos, salgas pronto y con total éxito de este proceso, trayendo a nuestro sobrino sano y salvo» chateó él].[«Ya vamos a sala de parto, ella estaba un poco nerviosa, pero ya está más tranquila y gracias cuñado» respondió Diego].[«Por favor, dale mi mensaje de una vez, porque me quería ver, me dijo Arantza. Di que le amo, que aquí afuera estoy esperando p
Debido a esto, Mateo contrató un servicio especial de vigilancia. Aunado a que le preocupaba la seguridad de sus invitados. Estos, debieron ser los primeros en llegar, pero por “no aguantar las ganas” se les hizo tarde. En virtud de esto, su hermano Marcos y su esposa Claudia, tomaron sus lugares de anfitriones.También, estaban Angélica y Mauricio, porque Arantza estaba muy movida y Diego se quedó para hacer compañía deduciendo que de estos dos días, no pasaba el parto. Esta fue la razón, por la cual ellos no asistieron.Al llegar Mateo y Adriana, agradecieron a todos su valiosa ayuda, sin justificar su retraso. Porque seguro estaba, todos sabían a que se debía el retraso o al menos se lo imaginaban. La reunión fue todo un éxito. Los hermanos lograron lo que deseaban con esta.Una vez que finalizó la reunión y despidieron a sus invitados, ellos brindaron por este triunfo. Además, de hacerlo por la satisfacción que cada uno de los invitados demostró, ante sus atenciones, estos se fue
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