C8-¡ESTÁS DESPIERTA!
Katerina abrió los ojos de golpe y todo a su alrededor era blanco, brillante y borroso. Un pitido constante llenaba el aire y la luz del techo le quemaba los ojos. Parpadeó varias veces, desorientada, tratando de entender dónde estaba.
Su cuerpo no respondía al principio; sentía los brazos pesados, una presión en el pecho y algo frío en la muñeca. Bajó la mirada y vio los tubos, las agujas, los sensores pegados a su piel. Estaba conectada a máquinas que marcaban su respiración y su pulso.
El pánico la golpeó. Intentó incorporarse, pero un dolor sordo en el abdomen la detuvo. El corazón le dio un vuelco, y la confusión se mezcló con un miedo tan intenso que la dejó sin aire.
No podía ser.
Ella estaba viva. Los recuerdos se agolparon uno tras otro y todo se mezclaba con el eco del disparo.
—No... —susurró.
Lentamente, alzó la mano y la llevó hacia su abdomen. Dudó un segundo, aterrada, como si temiera confirmar lo que sus ojos ya veían. Cuando finalmente apoyó la pa