C36- HIPÓCRITAS.
C36- HIPÓCRITAS.
Katerina dio un paso hacia Susy, aún temblando por la adrenalina, pero con el rostro completamente sereno y la observó de arriba abajo.
—Patética. Mendigando atención como si tuvieras algún derecho —dijo con una sonrisa gélida—. Siempre serás la amante desesperada. Y mientras yo tengo su apellido, tú solo tienes su lástima.
Susy apretó los labios con sus manos aún temblando.
—Eres una idiota, Katerina. ¡Él nunca te va a amar!
Pero Katerina no se inmutó.
—Igual tendrás que vivir sabiendo que eligió casarse conmigo.
Fue entonces cuando James dio un paso al frente y la miró con dureza.
—Basta, Katerina, entra a la casa.
Ella giró lentamente hacia él y por un segundo, pareció que no entendía lo que acababa de escuchar.
—¿Perdón? ¿Acabas de ordenarme que me vaya mientras defiendes a esa mujer?
El silencio cayó de golpe y todos miraron a James. Katerina soltó un bufido incrédulo y apretó los labios.
—Qué caballeroso —murmuró—. Muy digno de ti.
Con eso, empujó el cochecito c