C35-NO DEJES QUE NOS SEPAREN.

Kate no lo pensó dos veces. Empujó la puerta con fuerza, entrando en la habitación como un huracán y su mirada era tan fría que Ivana casi soltó la bufanda que estaba colocando alrededor del cuello de Grayson.

—Pero qué descarada eres —dijo cruzando los brazos—. En vez de atender pacientes, te dedicas a coquetear con mi marido.

Ivana alzó una ceja y luego esbozó una sonrisa.

—Señora Maxwell, no es lo que parece. Yo solo…

—¿Solo qué? —la interrumpió Kate, dando un paso más cerca—. ¿Primero afeitado de cortesía? ¿Ahora accesorios incluidos en la consulta? Si no me equivoco, usted juró un código de ética, doctora. Y ahora lo viola en la forma más vulgar posible, debería darle vergüenza.

Ivana no replicó y Kate no se detuvo con la mirada fija en la bufanda ridícula que colgaba del cuello de Grayson, la jaló con brusquedad de la bufanda, apretando sin querer la garganta de Grayson.

—Mi esposo no necesita bufandas y si por alguna razón necesitara una, se la tra