C19-¿CREES QUE TU JEFE PODRIA ESCONDERME?
Mason estacionó el auto frente a la tienda y, antes de bajar, su mirada se fijó en el ventanal de vidrio.
El aire se le congeló en los pulmones al verla allí dentro.
Sara reía, inclinada ligeramente hacia adelante, mientras ese asiático —Kenyi— le tocaba el hombro con una familiaridad que lo encendió de inmediato. La sangre le golpeó en las sienes, y en un segundo su mirada se endureció como el acero.
—Hoy vas a terminar sin brazos, maldito…
Cerró la puerta del auto de un portazo y caminó hacia la entrada. Dentro, Sara todavía se reía del comentario de Kenyi.
—¿En serio pensó eso de ti?
—Sí. Le dije que era coreano-estadounidense y así lo entendió mejor. Fue una noche… satisfactoria —respondió él con esa sonrisa descarada.
Sara negó divertida.
—Deseo que aparezca una mujer que te robe el corazón y te haga tragarte esas palabras de que nunca te vas a casar. Has roto demasiados corazones, Kenyi.
Él le acomodó un mechón de cabe