C145-¡TE ARREPENTIRAS!
El tenedor de Alejandra pinchaba con desgano un trozo de papaya cuando su asistente apareció.
—Señora San Román… disculpe la interrupción. Pero hay personas que insisten en verla, dicen que es urgente.
Alejandra alzó apenas la vista y arrugó la nariz.
—¿No ves que estoy desayunando? Diles que se larguen y que los atenderé cuando me dé la gana.
—Sí, claro, pero… señora…
—¿Estás sordo? ¡Dije que no quiero ver a nadie!
Apenas terminó de decirlo, las puertas se abrieron y tres hombres, altos, serios, cruzaron la terraza; cada uno portaba identificación oficial del Tribunal Superior de Londres. Y Alejandra se irguió en su silla, mirando con incredulidad cómo invadían su espacio sin pedir permiso.
—¿Quién demonios los dejó entrar?
—Señora Alejandra San Román —intervino uno de ellos—. Por orden del tribunal, le hacemos entrega formal de una citación legal por cargos de difamación, agresión física y tentativa de coacción. Aquí tiene los documentos.
El hombre extendió