Las palabras de Christian martillaban en mi mente mientras me preparaba para salir. "No es como si fuera realmente el tipo de mujer para alguien en mi posición." Cada sílaba era una pequeña herida que se abría, repetidamente.
Me vestí con cuidado: jeans oscuro, blazer bien cortado y una blusa simple. No era el atuendo que usaría si aún estuviera representando a Vale do Sol, pero era adecuado para pasar desapercibida en el evento.
Mi plan era simple: ir al complejo, verificar que la presentación de Bellucci ocurriera sin problemas, y luego irme. Sin confrontaciones, sin drama. Solo la confirmación de que mi alerta sobre el sabotaje había surtido efecto.
Tomé un taxi hasta el complejo, observando el paisaje de la Serra Gaúcha por la ventana. Era irónico cómo un lugar tan hermoso podía ser escenario de tanto dolor. El conductor, percibiendo mi silencio, se mantuvo callado durante todo el trayecto.
Cuando llegué, el evento ya estaba a pleno vapor. Stands coloridos, personas circulando con