Estaba convencido de que aquello no había sido más que una clase de venganza para él, misma que sin duda le aria pagar. No permitiría que se burlara de ella de la forma en que pretendía, abandonándola en el altar para convertirla en la burla de todos. No permitiría que se saliera con las suya así nada más, no sin antes luchar y es que primero lo aria sufrir.
Lo encaraba, cuando de pronto al otro lado del pasillo vio aparecer a los padres de este, acompañados de Sonia. Supo entonces que era exactamente lo que debía hacer para vengarse; ya no le importaban las consecuencias, lo único que deseaba era que pagaran.
—Todo esto fue parte de su plan, todo por despecho —le acuso.
—No, te aseguro que… —trato de convencerla.
—Sabes que, es verdad que te fui infiel — reconoció.
—Lo hice porque no eras lo suficiente hombre como para satisfacerme. Estar contigo era rutinario y de lo más aburrido, no eras capaz de hacerme sentir mujer —se burló, intentando provocarlo y es que necesitaba que se sali