La repentina declaración de Mateo dejó a todos los presentes atónitos.
¿Casado? ¿Acaso habían escuchado bien?
El rostro de Camila palideció instantáneamente. Miró a Mateo con los ojos enrojecidos, sintiendo como si le hubieran clavado un puñal en el corazón. Sus manos se cerraron con rabia. ¡Él había admitido estar casado frente a tanta gente! El impacto fue tan fuerte que casi pierde el equilibrio, afortunadamente Carolina estaba a su lado para sostenerla.
Lucía volvió de nuevo a mirar a Mateo, apretando su mano sin darse cuenta. No entendía con claridad qué pasaba por su mente, por qué admitía esto frente a todos. Estaba confundida y no sabía cómo reaccionar, a la vez que se sentía muy nerviosa.
Recordó una a una las palabras de Mateo la noche de su boda: si alguien se enteraba, ella pagaría las consecuencias.
Todo parecía irreal.
Los demás, tras unos segundos de estupor, reaccionaron:
—Señor Rodríguez, realmente lo ha mantenido en secreto. Casado y sin decirnos nada. ¿Quién es la a