Capítulo 283
Preparó una sopa, fideos con huevo e incluso hizo un postre.

Cuando terminó, la empleada le ayudó a llevar todo a la mesa del comedor.

Mateo acababa de bajar las escaleras y Lucía lo llamó:

—Ven a desayunar.

En ese momento, la luz del sol caía sobre Lucía, como si la rodeara con un hermoso borde dorado.

Mateo pensó que esto era agradable, como si hubieran vuelto al principio.

Pero era solo temporal.

Porque después del desayuno, irían al registro civil para hacer la cita.

Mateo no tenía muchas ganas de desayunar, pero no podía evitarlo.

Lucía cocinaba muy bien; sus platos eran deliciosos y saludables.

Después de desayunar, salieron juntos.

Mateo no llamó al chofer ni a Javier. Condujo él mismo, con Lucía en el asiento del copiloto, tal como el día en que se habían casado.

Aunque ese día el clima no había sido tan bueno como hoy.

En la oficina del registro civil, no había mucha gente en la ventanilla de matrimonios, pero en la de divorcios había que hacer cola para conseguir cita.

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