Su reacción fue tan vehemente que Mateo preguntó confundido:
— ¿Qué sucede?
Lucía se inquietó y también pasó la mano por su vientre. ¿Su abdomen había crecido?
En teoría, aún no debería notarse.
Miró a Mateo a los ojos y vio su expresión suspicaz, lo que la puso más nerviosa. Respondió:
— Quizás es porque comí demasiado. Tengo sueño, vamos mejor a dormir ya.
Después de decir esto, Lucía se acostó y cerró los ojos, evitando enfrentar las preguntas de Mateo.
Él la observó y luego contempló su figura más voluptuosa, ciertamente más atractiva que su delgadez anterior.
Pero la intensa reacción de Lucía despertó sus sospechas.
Lucía había cambiado respecto a antes.
En realidad, muchas cosas en ella eran diferentes ahora.
Por ejemplo, ya no le dedicaba toda su atención, quería divorciarse y dejar el trabajo.
Era como si, de repente, se hubiera transformado en otra persona.
Para ser sinceros, le costaba mucho acostumbrarse.
Mateo también se acostó, rodeándola con su brazo.
Descubrió que abraza