Capítulo 75 —Solo para la verdad
Narrador:
Massimo se recostó sobre el respaldo del sofá, con los codos apoyados en las rodillas y las manos entrelazadas. Juan Pablo Tomaso, sentado frente a él con un vaso de agua intacto, lo observaba en silencio. Sabía que, si Massimo lo había citado esa noche en su despacho privado, no era para una charla sin importancia.
—Necesito que construyas una historia —dijo Massimo al fin —Algo sólido. Imposible de derribar. Quiero que conviertas a Nadia en lo que mi abuela espera: una heredera, con raíces nobles, con abuelos fallecidos en guerra, con documentos impecables. Quiero un pasado limpio. Y lo necesito cuanto antes.
El abogado no respondió de inmediato. Luego se inclinó hacia adelante, apoyando los codos sobre el escritorio.
—¿Estás hablando en serio?
—Más que nunca.
Juan Pablo desvió la vista hacia la carpeta que tenía delante. Estaba vacía. Esperaba llenarla con lo que Massimo trajera. No con lo que acababa de pedirle.
—Eso no puedo hacerlo, Mass