Capítulo 74 —Eres mucho más
Narrador:
Nadia se removió en la cama, con los párpados pesados y la respiración aún acompasada por el descanso. Estiró el brazo, buscando a ciegas el calor del cuerpo de Massimo… pero solo encontró sábanas frías. Frunció el ceño, incorporándose lentamente. La habitación estaba en penumbra, iluminada apenas por los restos de la madrugada filtrándose por las ventanas.
Se envolvió en la sábana con un movimiento lento y se puso de pie. Caminó descalza por la madera crujiente, guiada por el aroma del café y un murmullo grave, apenas audible.
La voz de él. Se detuvo justo antes de entrar a la cocina. Apoyó la espalda contra la pared y cerró los ojos, escuchando.
—…sí, Nonna. Estoy enamorado.
El corazón de Nadia se detuvo.
—Lo sé. A ti te cuesta creerlo —continuó él, con esa voz grave, aún cargada de sueño —pero no hay marcha atrás para mí. Es ella, es Nadia, es esta mujer o ninguna.
Nadia tragó saliva, sintiendo el nudo en la garganta ascender sin permiso. Quiso