Capítulo 64 —Se supone que ya lo hiciste
Narrador:
Nadia parpadeó, tratando de recuperar el aliento que Massimo le había robado con ese simple gesto.
—Gracias —murmuró, sin encontrar nada más que decir.
Massimo no respondió de inmediato. En su lugar, retrocedió un paso y le ofreció el brazo con naturalidad, como si aquello fuera lo más lógico del mundo. Como si no acabara de dejarla completamente trastornada con su cercanía.
Ella dudó por un segundo, pero al final, deslizó su mano sobre su antebrazo, aferrándose con suavidad.
Fue entonces cuando él lo notó.
El leve temblor en sus dedos. La forma en que su respiración no terminaba de estabilizarse. El sutil movimiento de su pecho al subir y bajar, como si intentara ocultar su inquietud.
Massimo frunció apenas el ceño.
Sin decir nada, soltó su brazo y la tomó por la cintura, atrayéndola un poco más hacia él.
—Tranquila —murmuró contra su sien, en un susurro tan bajo que solo ella pudo escucharlo—. Estoy contigo.
Nadia sintió un escalofrí