Capítulo 57 —El sofá
Narrador:
El día pasó entre juegos y tensiones, hasta que la noche llegó y Massimo pensó que allí se arreglaría todo, ya que no estaba acostumbrado a que le dijeran que no. Y menos aún a que alguien le diera órdenes dentro de su propio espacio.
Pero allí estaba ella, mirándolo desde en el medio de la habitación con los brazos cruzados, su mentón elevado con un aire de desafío que le hacía hervir la sangre.
—Vas a dormir en el sofá —sentenció Nadia con voz firme.
Massimo entrecerró los ojos, cruzando los brazos sobre el pecho.
—No, no voy a hacerlo.
—Sí, sí lo harás.
—Es mi casa.
—Y es mi paz mental.
Se sostuvieron la mirada, midiéndose.
Massimo estaba perdiendo la paciencia.
—Nadia… —advirtió, con la voz cargada de peligro.
—Massimo… —lo imitó ella, con una sonrisa gélida.
El simple hecho de que se atreviera a desafiarlo lo ponía al borde del colapso. No estaba acostumbrado a que nadie le dictara reglas. Mucho menos alguien que, apenas unas noches atrás, se había