La puerta trasera del consultorio chocó contra la pared, Jasón me pasó frente a él para que saliera primero, la boca de aquella pistola me apuntaba tras la costilla quemándome, no me había dado cuenta de que estaba apretando los dientes para no gritar y de que todo mi cuerpo temblaba.
Como si hubiese vivido unos minutos en lentitud había visto como Jasón tiró del gatillo y arremetió contra Héctor, la bala impactó en su pecho haciendo que su camisa blanca se manchase de sangre, de pronto todo se vio muy rápido y estaba bajando las escaleras con el desquiciado de mi ex.
Frente a mi estaba aparcado un auto gris de segunda mano, tenía abolladuras en la parte trasera y despintado de la puerta del piloto, como pude lo grabé en mi mente, Jasón hundió el arma en mi costilla haciéndome daño.
—Camina, gatita—dijo con voz ro