Después de que padre se fue, yo llamé a Jacob; tenía que buscarle una solución a esto urgentemente. Necesitaba mantener alejado a mi padre hasta que pudiera mandar a Carolina y al niño lejos de aquí.
— ¿Qué pasó? — le pregunté.
Carolina miró a Valentino y después a mí.
— Coppola, uno de sus hombres me siguió, y no sabía a dónde ir, así que pensé en ti — me dijo.
Yo asentí con la cabeza.
— Aquí estarás bien, solo te pido que no hagas nada estúpido, y mantén al demonio encerrado — le pedí.
Ella me miró mal, pero después asintió.
*
Al día siguiente, Carolina y Valentino bajaron a desayunar. Yo me estaba tomando un café y leía el diario. El pequeño se sentó a mi lado, me miró y después frunció el entrecejo.
— ¿Por qué lo mataron? — Me preguntó Valentino. Yo miré el encabezado del diario y después miré a Carolina.
— ¿Él sabe leer? — pregunté.
Ella asintió y Valentino me sonrió.
— Qué interesante — comenté.
— Fabien, querido, veo que es verdad. Pequeño mío, ven y abraza a tu bisabuelo.
Abue