¿Observan cómo las personas nos negamos a aceptar la realidad y más cuando se trata de quién amamos?
- ¿Te encuentras bien?
-Sí, mamá.
Ella me conocía tanto que, a pesar de haber tratado de ocultarle mi tristeza, notó que algo sucedía; sin embargo, pude ocultar la verdadera razón por la cual no estaba del todo bien.
- ¿Entonces? Te noto un poco decaída.
-No es nada madre. Es solo que no quiero que dejes de verme como tu niña.
- ¡Mi princesa! No podré dejar de hacerlo nunca. Aunque seas una ancianita y la vida me dé la oportunidad de seguir estando juntas, siempre serás mi pequeña.
- ¡Te amo mamá!
-Yo a ti más; estoy orgullosa de la mujer en la que te has convertido.
-Gracias a lo que me has enseñado.
-Siéntete