Capítulo 27

Luego que Adri terminó su rutina, Adams corrigió algunos movimientos que le robaban tiempo, ya que Sol tardaba más en recuperarse y en realizar los giros. Conversó con José, y entre los dos ajustaron su plan de entrenamiento.

—Florecita, ven por favor —dijo Adams, dándose cuenta de que había encontrado un apodo único para su hija. Adri se convirtió en su Florecita.

—Necesito que tu mami venga esta semana, quiero que sepa que yo soy tu nuevo entrenador, y así le explico cómo será tu nuevo entrenamiento para la exhibición que tendremos en la finca para Navidad. ¿Quieres participar?

—¡Siii! —Adri saltaba con su habitual alegría.

—Bueno, pero tu mami tiene que venir.

—Sí, ya le digo a mi abuelo para que él hable con mi mami.

—Ok, bonita, por hoy terminamos. Voy a ver a mi tía. ¿Quieres venir hasta que llegue tu abuelo? —dijo Adams.

La niña dudó, pero, pensó que después de todo, él era su entrenador.

—Bueno, si hay helado y me cuentas cómo te hiciste campeón, te acompaño.

Adams no pudo evi
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