Amy
— Tienes que levantarte — Lucia jalaba mi sábana mientras yo luchaba por mantenerla sobre mi cara
— ¡Lucia déjame! ¡No quiero levantarme!
— Amy no puedes quedarte todo el día en la cama, has estado así desde el domingo. No es el fin del mundo
— ¡Para mi si lo es! — Grité. No había querido levantarme en varios días. Era día miércoles y ni siquiera había querido ir a la universidad.
— ¡Tu eres una estudiante ejemplar y no puedes faltar más! — Lucia tenía razón, pero es que no tenía ánimos para siquiera asistir. Ada