Capítulo 6.

Días después. 

Brook: 

No se cómo había logrado sobrevivir todos estos días. Tenía una semana y media metida en este lugar. No encontraba que hacer, lo unico que hacia era seguir al par de rancheros a todos lados, detestaba con toda mi alma seguir ordenes de un par de sujetos que no eran mas que empleados de mi padre. 

Pero ahora yo, era una empleada más. 

Que desgracia la mía. 

Ayer recibí el mísero pago de mil dólares, cosa que me molestó demasiado por que con mil dolares no lograba comprar algo decente para mi, aunque dudo mucho que en este lugar existan tiendas de marca. 

—Señorita —Ryan vino hacia mi— ¿desea algo del pueblo?

—¿Irás para el pueblo?

—Yo no, mi hermano, tengo que hacer otras cosas.. Si necesita a.. 

—No, yo misma iré con el, yo soy la que compra mis cosas. 

—Como guste, pero si irá, debe ser ahora, Dorian está cargando la camioneta. 

Me di la vuelta para ir hacia la habitación y tomar mi bolso. Quizá en el pueblo logré conseguir un poco de señal para llamar a mi papa o quizá a Nigel. Se que no debería siquiera a llamarlo por que se la quiso dar de listo para terminar conmigo. 

Puede que lo llame para ofrecerle una oportunidad. 

Salí de la casa y vi a Dorian esperándome recargado en la camioneta. 

Dorian, es un hombre de poca paciencia, me he dado cuenta de ello, es demasiado odioso y un poco arrogante, escuche de los trabajadores que se ha acostado con cada mujer en el pueblo, no lo dudaría ya que tiene fachada de ser un perro. 

Honestamente a mi no me parece nada atractivo, esta por muy debajo de mis estándares de hombre, me gustan hombres inteligentes, bueno en los negocios y pulcros. 

Dorian es alto, demasiado grueso de músculos, tanto que da un poco de miedo. No usa nada más que no fuesen camisas de a cuadros o de colores oscuros, jeans y botas, además del sombrero, es un poco bruto. 

—Si está lista, podemos irnos. 

Se fue al otro lado de la camioneta, yo abrí la puerta para sentarme en el copiloto. Mire detrás y en la camioneta habían algunas cosas. 

Yo estaba aliviada de que al fin vería otra cosa que no fuesen animales o empleados. Al fin respiraría aire limpio. 

Dorian arrancó la camioneta y comenzó a conducir hacia las afueras de la hacienda. 

—¿Qué hará en el pueblo? Si puedo saber. 

—Quiero comprar cosas que necesito para mi aseo personal —respondí. 

—Bueno, le digo que aqui no venden esas cosas costosas que usted usa. 

—Lo se —bufé—, pero debo conformarme ¿no? 

—Señorita, no quisiera decirle algo fuera de lugar pero... Usted vive en un mundo tan distinto. 

—Eso esta mas que claro Doni —le respondí de mala gana. 

—Por supuesto, usted vive en un mundo tan superficial, tan déspota y humillante. 

—¿Humillante? —lo mire y el asintió— Según tu ¿que es humillante? 

—De que muchos de los riquillos hacen lo que sea para agradarles al resto, hasta el punto que se vuelven falsos, se humillan y humillan a los que están por debajo de esa persona... Hasta ahora, el único millonario que nos trata como personas ha sido su padre. 

Lo que dice me parece un poco estúpido. 

—Digame usted ¿ha tratado bien a alguien por ser diferente a usted? 

—No por que.. 

—Por que nadie esta a su nivel ¿no es asi? —no dejaba de mirar el camino— Bastante lo ha dejado claro cuando habla con nosotros... Le digo algo, el mundo en el que vive, es solo eso, algo superficial. Y cuando se de cuenta de ello, su manera de pensar, cambiará. 

Deje de mirarlo y me concentré en el pueblo, habíamos llegado. No era como me lo imaginaba, lleno de ancianos o casas viejas, aquí hay un poco de actualidad, solo un poco. 

Dorian estaciono la camioneta y bajó, luego lo hice yo.

—Aquí no la van a robar —dijo al verme apretar la cartera— ¿A donde quiere ir primero?

—A una farmacia. 

—Está allá —la señalo. 

—¿No vendrás conmigo?

—No, usted puede hacerlo perfectamente. Ya regreso. 

Se fue hacia no se donde, yo solo tome una larga respiración y me encaminé hacia la farmacia. Las personas comenzaron a mirarme como si yo fuese un maldito insecto, me daba igual. 

Entre a la farmacia y la chica me dio la bienvenida. Camine hacia el área de bloqueadores y comencé a buscar el que usaba pero no estaba, asi que no tuve mas remedio que tomar uno de esos, rogaba por que no me hicieran algún daño en la piel. 

Tome algunos productos para el cabello que necesitaba, también otros para la piel y algunos medicamentos. Camine hacia la chica que comenzó a usar una especie de maquina, vaya que cosa tan interesante. 

—Son doce con veinte —me dijo ella. 

—¿En serio? ¿Tan poco?

—Si, señorita. 

Saqué el billete de cien y se lo dí. 

—Usamos bolsas recicladas —asentí— ¿quiere empacar sus cosas?

—¿Yo? ¿Hacerlo yo misma? —me señalé.

—Si señorita —me sonrió. 

Me entrego la bolsa marrón y me explicó como abrirla. Yo comencé a meter todo dentro de la misma. 

—Su cambio y un paquete de dulces de coco —me lo dio. 

—Pero no pedí esto. 

—Es por cortesía, que tenga un lindo dia. 

Tome la bolsa y salí de la farmacia, comencé a mirar a todos lados buscando a Dorian pero no lograba verlo. Saque mi teléfono al sentirlo vibrar como loco. 

Sonreí al ver que al fin despues de tantos dias sin señal. Todas eran notificaciones de mis redes sociales, nada de eso me importaba, quería llamar a mi papá. 

—Brook hija. 

—¿Cuando me ire de aqui? 

—Llevas días sin hablar conmigo ¿no preguntarás como estoy? 

—Te escuchas bien, solo quiero saber cuando demonios me iré de este lugar. 

—No te vendrás aun, te dije que era mi decisión y eso se va a respetar. 

—Eres de lo peor ¿sabes? Me han pasado cosas horribles estando en esa hacienda del demonio. No he tenido paz desde que entré a ese lugar... Si este era tu castigo, bien, aprendi la leccion. 

—No has aprendido nada de la vida Brook, sigues oyéndote igual de pretenciosa, te quejas por todo y por nada —suspiro de manera pesada—, te quedaras ahí hasta que yo lo decida o mejor, hasta que tu no quieras irte de ahí. 

—Te estas escuchando ¿no? —me rei— ¿Querer quedarme aquí? Por Dios papá, yo lo que más deseo es largarme de este lugar. 

—Eso lo veremos, ya he recibido quejas, muchas de hecho. 

—¿Te fueron con el chisme?

—No exactamente, lo único que me dicen es que te quejas, gritas demasiado y que no estás comiendo correctamente... Brook hija, debes comer y dejar esa cosa del veganismo, sabes que lo haces era por que tus disque amigas decían que era la nueva moda, compórtate como una adulta, no hagas que te deje mas tiempo allá. 

Mi papá me había colgado. No podía creer lo que me había dicho, de verdad planeaba dejarme más tiempo aquí. 

Caminé hacia la camioneta a esperar a Dorian. Justamente venía, tenía un saco de no se que en el hombro y con unas herramientas en la mano libre, cuando estuvo frente a mi, dejo todo en la camioneta. 

—¿Todo bien? Parece más molesta de lo normal. 

—No es tu asunto, pero si quieres saber para que le vayas con el chisme a mi papá.. 

—Un momento, antes que nada, si está molesta, no es mi culpa ¿bien? Si su padre sabe lo que hace en la hacienda, es por que debemos darle un reporte de lo que pasa dentro de ella y como nos dijo a nosotros, usted es nuestra responsabilidad. 

—Pues no tienen por que hacerlo, no soy una niña. 

—Entonces no se comporte como una —se acercó a mi, el quedó cerca de mi rostro—, no nos haga las cosas más difíciles señorita —murmuró. 

Parpadee un par de veces debido a la altura de Dorian. 

—Alejate de mi —susurré. 

—¿Que? ¿La pongo nerviosa? —volvió a murmurar. 

—Para nada —puse mis manos en su pecho—, mejor vámonos. 

—¿Compró lo que necesitaba? —se alejó de mi, yo solo asentí. 

(...) 

Estaba sentada en la cama de la habitación pensando en lo que me había dicho Dorian. 

En que vivía en un mundo distinto al de los demás. Mientras pensaba eso, leía el mensaje que me había dejado mi mejor amiga. 

Nigel estaba saliendo con otra chica, incluso me envió una foto de ellos. Era rubia, además de que se vestía sencillo, nada comparado a mi. 

Entendí de que hay muchas cosas que no giraban a mi alrededor y Nigel era una de ellas. Por primera vez en mi vida, comencé a sentirme sola. Comencé a sentirme desplazada, era la primera vez que experimentaba este sentimiento. 

Me pare de la cama y salí, caminé un poco hacia la parte de atrás de la casa en donde estaba la piscina completamente vacía. Me senté en una de las sillas y mire hacia el cielo. Había una enorme cantidad de estrellas, cosa que en New York no se ven. 

—¿Señorita? 

Ryan venía hacia mí, tenía su escopeta en la mano. 

—Es tarde, debería estar dormida. 

—No podía dormir —murmure— ¿Hacias las rondas?

—Si, terminé justo ahora... Dígame ¿se siente bien? 

—Si, eso creo. 

—¿Eso cree? 

—Si, tuve una pequeña discusión con mi papá. 

—Sobre eso... 

—No Ryan, Dorian me explicó que deben decirle lo que hago aquí ¿no? Me tratan como a una empleada. 

—Lo dice como si fuese la peor cosa que le pasó en la vida —se sentó frente a mi y dejó el arma a un lado. 

—Para mi lo es —dije un poco molesta—. Mi papá me cambió la vida en un solo segundo, estaba cómoda en donde estaba y ahora... 

—Señorita, no la conozco, pero lo que ha demostrado es que usted es una mujer muy mimada —dijo con un poco de cautela—, además de grosera, altanera.. 

—Ryan. 

—Lo lamento pero si no le dicen sus verdades no habrá un cambio en usted ¿quiere saber lo que me dijo su padre? —le asentí— Que usted tenía muchas cualidades, además de que era un poco lista, cosa que no creo pero el si, el tiene fe en usted y que va a cambiar. 

—¿Cómo esperas que tome todo esto cuando me quitó mis cosas más valiosas?

—No creo que le haya quitado la vida o alguna extremidad —frunció el ceño—, solo le quitó las comodidades para que supiera lo que es esforzarse por ello ¿Ve este teléfono? —me lo mostró—, trabaje un mes sin parar para tenerlo, no por que lo necesitaba o por moda, si no por que esto es lo que me ayuda con mi trabajo... No todo en esta vida es ir de compras, de fiestas, de lucir joyas. 

—¿Entonces que es? Por que tenemos un concepto distinto de como ver la vida. 

—En eso estamos de acuerdo, pero la vida señorita, es poder respirar, poder andar, poder ver, poder tocar, poder trabajar para tener que comer... Todos los chicos y hombres de la hacienda no tenían trabajos para mantener a sus familias y su padre les ofreció trabajo para que pudieran llevarles el plato a la mesa a sus hijos, padres, esposas ¿comprende? La vida no se trata de ir presumiendo que auto te compraste o que si estas a la moda o no, la vida va más allá de todo lo superficial. 

Es casi lo mismo que me dijo Dorian. 

—El dinero si, es necesario para poder sobrevivir, pero eso, no compra la felicidad, el amor o la compañía, por que todos los que compran eso, al final del día, se sienten solos, no tienen nada o nadie en quien refugiarse... También debe entender que independientemente el estatus o el dinero, todos, todos merecemos respeto —me sonrió—. Ni usted es mas que nadie y nadie es más que usted, eso debe quedarle claro. No se quede tanto tiempo afuera, de noche hace frío. 

Se puso de pie y se fue hacia adentro de la casa. 

Yo, estaba analizando cada una de sus palabras. De todo lo que me dijo se me quedó grabada una sola cosa. 

"El dinero si, es necesario para poder sobrevivir, pero eso, no compra la felicidad, el amor o la compañía, por que todos los que compran eso, al final del día, se sienten solos, no tienen nada o nadie en quien refugiarse" 

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