Unos mechones rubios se asomaron y una risita se oyó,tragué saliva y en cuanto esa puerta al fin me dejó verlo por completo lo tomé en mis brazos.
—besé su frente—Mi pequeño sol—lo rodeó con mis brazos en su cintura.
Sus bonitas y delicadas pecas me recibieron junto a sus brillantes y hermosos ojos.
—Oliver—solo dos segundos después de decir mi nombre se largó a llorar,yo le seguí.
Sus brazos me rodearon y los míos lo sujetaron con más fuerza,ocultó su rostro en mi cuello y caímos al suelo,sentía mucho dolor en mi pecho al verlo llorar de esta manera y a la vez estaba aliviado de que estuviera a salvo y feliz.
—Te extraño tanto—dijo volviendome a mirar.
—Te estuve buscando por todas partes,en cada rincón,día y noche—tomé su cara nuevamente en mis manos—No vuelvas a irte,no lo permitiré,ya no podemos lastimarnos así—el negó—No más,por favor—volvió a soltar lágrimas que aparté con mis pulgares.
—No más—dijo y fuí feliz.
Con cuidado me acerqué a sus labios que me esperaban ansiosos,su bo