Siempre tuve el presentimiento de que en Italia iba a pasar algo pero no este caos. Suspiro, aunque quiera cerrar los ojos y desaparecer, no puedo. Tengo responsabilidades y...antes de seguir con mi monólogo alguien interrumpe mis pensamientos saliendo de la ducha. Alessandro.
-Buenos días.- Sigo pensando que su voz es muy ronca todo el tiempo. No se cómo lo hace.
-Buenos días.-Digo ya más espabilada y despierta.
-Tenemos una reunión con unos socios, estuvimos hablando con ellos en la fiesta...
-Tú, estuviste hablando con ellos. Yo estaba muerta del aburrimiento.-Le digo sonriéndole inocente. A veces me gusta comportarme así, pero no todo el tiempo.
Suspira rendido y niega con la cabeza, mientras que se arregla el reloj.