El mismo día

New York

Robert

Cuando ejecutas un plan para obtener lo que buscas, no dudas. No flaqueas. No te permites sentimentalismos. Si aparecen obstáculos, te ajustas. Cambias la estrategia. Rediseñas el tablero si es necesario. Pero jamás retrocedes. Porque el momento en que das un paso atrás, aunque sea por compasión o debilidad, ya perdiste.

He aprendido que los principios son un lujo que pocos pueden permitirse. Yo no estoy entre ellos. En mi mundo, el éxito no se mide por moralidad, se mide por resultados. Y si para lograr el objetivo hay que sacrificar una pieza, se hace. Sin temblar. ¿Dañar a alguien? Tal vez. ¿Dejar a alguien atrás? Es probable. Pero no me dejo arrastrar por la culpa. El fin justifica los medios. Siempre lo ha hecho. Lo importante es quién queda en pie cuando se apaga el ruido.

Dicen que soy frío. Que no tengo escrúpulos. Que trato a las personas como fichas. Puede ser. Pero mientras ellos se debaten entre lo que sienten y lo que deben hacer, yo ya tomé l