Best Mistake
Best Mistake
Por: Sheery Telcy
Capítulo 1

Limpie la lágrima que caía por mi mejilla, hacía ya un año que mi padre había muerto a causa de un cáncer, dejándome sola con mi hermano menor de 17 años, miré la carta que tenía delante, otra vez el hospital había incrementado el pago de la cuenta, ya no sabía qué hacer, tenía dos trabajos para mantenernos y pagar deudas.

– Buenos días–me sobresalte al escuchar la voz de Aiden a mi espalda, rápidamente guarde la carta

– Buenos días, ¿Cómo amaneciste?–contesté dándome la vuelta con una sonrisa fingida, él se me quedo observando con sus espectaculares ojos miel

– Bien, ¿y tú?–dijo acercándose a mí dándome un beso en la frente, a pesar de que era la mayor, él era infinitamente más alto

– Bien–ambos nos sentamos en la mesa a desayunar en silencio.

Después de desayunar terminamos de arreglarnos para marcharnos, lo dejé en la puerta del instituto, iba a bajarse, pero se detuvo soltando un suspiro

– ¿Qué escondiste antes?–cuestionó haciendo que me tensara

– Nada, no te preocupes–

– Tu actitud hace que me preocupe–me miró con seriedad, volvió a suspirar pasando su mano por el cabello– Erin, no tengo 10 años para que me escondas cosas, soy casi un adulto, tengo un trabajo–lo contemple con ternura, tenía razón ya no era un niño

– El hospital ha aumentado el pago de la deuda–

– Hijos de perra–mascullo, sonreí colocando mi mano en su cabeza

– No te preocupes, no ha sido tanto así que puedo pagarlo sin problemas–

– Aun así, no deberían hacerlo–

– Lo sé, pero ya va quedando menos que pagar–

– ¿Menos?, Erin, debemos 50 mil dólares, terminaremos de pagar cuando seamos viejos, y puede que ni entonces–se quejó con molestia, suspiré forzando una sonrisa

– No te preocupes por eso, vamos, vete o llegaras tarde–dije dándole leves empujones haciendo que riera

– Ya me voy, no hace falta que me eches–comentó saliendo, le saque la lengua, él solo negó con la cabeza cerrando la puerta.

Buscaba una plaza en el garaje para aparcar, al ver uno me dirigí hacia este, justo cuando iba a maniobrar un capullo en un Audi negro se me atravesó haciendo que frenase de golpe para evitar embestirlo, apreté las manos contra el volante el muy cerdo me había quitado la plaza, me quite el cinturón saliendo del coche

– Esa plaza era mía, ¿acaso estás ciego?–cuestioné enfadada cuando bajo

– ¿Me hablas a mí?–un ligero escalofrío me recorrió ante su voz ronca, me quedé un momento contemplándolo, era alto, de cabello negro, no podía ver sus ojos debido a las gafas de sol que llevaba puestas

– No… Le hablaba al ratoncito Pérez–dije con sarcasmo– Claro que te hablo a ti grandísimo estúpido–

– ¿Cómo me has llamado?–cuestionó acercándose a mí mientras se quitaba las gafas dejándome ver unos ojos verdes de mirada amenazadora

– Vaya, aparte de ciego, sordo…–me acerqué a él demostrándole que no me intimidaba– Te he llamado E.S.T.U.P.I.D.O–sus ojos centellearon de furia, sonreí de lado dando media vuelta dispuesta a marcharme, pero su mano en mi brazo me lo impidió

– No tienes idea de a quien le estás hablando–nos miramos un momento en silencio, me solté con brusquedad de su agarre

– Me importa una m****a a quien le estoy hablando–retome mi camino, entre en mi coche comenzando a buscar otra plaza

Una vez que conseguí aparcar subí hasta la planta número 15, salude a mis compañeros y me senté en mi puesto comenzando a realizar mis pendientes intentando olvidar el incidente con aquel estúpido.

Aparte la vista del ordenador cuando los ojos me empezaron a escocer, me recosté en el respaldo de la silla. Una sonrisa triste se escapó de mis labios al posar la vista en la fotografía que tenía al lado de la pantalla, estábamos los tres en la una acampada que hicimos antes de que él cayera enfermo. Sintiendo como mi pecho comenzaba a oprimirse y mis ojos a humedecerse, parpadee unas cuantas veces evitando que saliera alguna lágrima, me levante de mi asiento, dirigí mis pasos hacia la cocina necesitaba un café.

Caminaba de vuelta a mi puesto con la taza caliente en mano, al girar por el pasillo, choqué contra alguien haciendo que gran parte del contenido cayera sobre él y la taza al suelo

– ¡Lo… Lo siento mucho, no lo vi!–exclamé avergonzada agachándome a recoger la taza que de milagro no se rompió

– Tu otra vez–levante la cabeza viendo al mismo chico del garaje, suspiré poniéndome de pie– ¿Ahora quién es la ciega?–cuestionó mirándome con burla

– Tú también has chocado contra mí, así que supongo que ahora mismo lo somos los dos–frunció el ceño

– Deberías disculparte–dijo a lo que solté una carcajada

– Primero deberías disculparte tú–

– ¿Por qué yo?–cuestionó a lo que rodé los ojos

– Por ser un capullo que casi provoca un accidente–

– Vaya, primero fue estúpido, ahora capullo, espero con ansia saber tu próximo apelativo “cariñoso” hacia mi persona–

– Quizás idiota, aunque debo pensarlo bien–lejos de ofenderse comenzó a reír haciendo que le mirase confusa

– ¿Cómo te llamas?–

– No es de tu incumbencia–iba a marcharme, pero me sujeto por el brazo

– Lo sabré antes de que acabe el día–me solté con brusquedad mirándolo con el ceño fruncido, preferí no decir nada, pase a su lado retomando mi camino, antes de llegar a mi mesa vi a todos mis compañeros reunidos delante del despacho de presidente de la empresa.

– ¿Qué ocurre?–pregunté acercándome a Hope, una chica pelirroja, bastante blanca con pecas, ojos marrones

– Nos van a presentar al nuevo presidente–

– ¿Nuevo jefe?, ¿Qué paso con Davis?–cuestioné impresionada

– ¿No te has enterado?–preguntó a lo que negué– Lo han detenido por malversación de fondos–mis ojos se agrandaron ante la sorpresa, estuvimos unos minutos en espera del anuncio.

– Atención por favor–todos miramos al director de recursos humanos– Os presento a nuestro nuevo Presidente, Archie Tucker–dijo señalando al mismo chico con el que me había chocado, mis ojos se agrandaron de la sorpresa, mi cuerpo se tensó por completo y mi respiración se cortó por unos segundos.

– Es un placer estar aquí, espero que no tengamos ningún problema–dijo de forma fría y seca, sus ojos analizaban a todos, su mirada se quedó fija en mí, una sonrisa burlona apareció en su rostro– Podéis volver al trabajo–todos comenzaron a dispersarse, me escondí entre la multitud hasta mi mesa.

Revolví mi cabello nerviosa, había insultado a mi nuevo jefe, no una, ni dos, sino tres veces, respiré hondo intentando tranquilizarme, solo me queda rezar para que no me despidiera.

– Erin, el nuevo presidente quiere verte–me tensé ante esas palabras, asentí poniéndome de pie, camine hacia la puerta de madera sintiendo que a cada paso, mi cuerpo se iba debilitando

Me detuve contemplándola, mordí mi labio inferior con nerviosismo, respire hondo levantando la mano, dando tres toques. Del otro lado no se hizo esperar un <<Adelante>>, volví a respirar hondo intentando coger fuerzas de algún sitio, abrí la puerta viéndolo apoyado contra el escritorio, me contemplaba con una enorme sonrisa burlona.

Entre del todo quedándome pegada a la puerta, sentía como si estuviera en el matadero y era la siguiente para ser ejecutada, hizo un gesto con la mano para que me acercase más, suspiré haciendo caso a su orden silenciosa.

– Te dije, que sabría tu nombre antes de que terminara el día–

– Señor… Yo de v–me quede callada al ver como colocaba sus dedos en sus labios en señal de silencio, se incorporó caminando hacia mí con las manos guardadas en los bolsillos de su pantalón.

Capítulos gratis disponibles en la App >
capítulo anteriorcapítulo siguiente

Capítulos relacionados

Último capítulo