Capítulo 2

A cada paso que él daba, yo lo retrocedía de forma instintiva, hasta que mi cuerpo chocó contra la puerta, se detuvo mirándome de forma penetrante, algo intimidada agaché la cabeza mirando sus zapatos de vestir negros

– ¿Ahora soy “señor”?–lo escuché decir con burla– ¿Qué paso con estúpido?, ¿Capullo e incluso imbécil?–trague saliva con dificultad, no me atrevía a levantar la cabeza, estaba aterrada– Mírame–

– Señor de verdad, no sabe cuánto lo lamento, no sabía quién era y–volvió a silenciarme, pero esta vez coloco sus dedos sobre mis labios causándome un pequeño hormigueo, se alejó de mi caminado de vuelta hacia el escritorio

– Sinceramente debería despedirte–mordí mi boca por dentro intentando controlar mis lágrimas que estaba conteniendo, se escaparan– No lo haré–lo mire asombrada– A cambio de algo–tenía una sonrisa ladeada, fruncí el ceño ante sus palabras

– ¿El qué?–mi voz salió casi en un susurro, pero lo suficientemente alto para que su sonrisa se ensanchara al escucharme

– Quiero que te hagas pasar por mi novia–

– ¿Qué?–

– Quiero que–

– Sí lo he escuchado–dije interrumpiéndolo– Es solo que… No comprendo–el solo suspiro señalando el sillón individual color café que estaba delante de su escritorio, con algo de reticencia me acerqué sentándome en este.

– Necesito una novia falsa… Y tú, me has gustado–mis ojos se agrandaron al escuchar aquello– No de esa forma, si no, tu carácter–

– Yo lo siento señor, pero no voy a ser su novia–comente poniéndome en pie

– Entonces estarás despedida–me quede quieta, observándolo en silencio, tenía una sonrisa triunfal en su rostro

– No puede hacerlo–me acerqué más al escritorio– No tiene a nadie que respalde que yo lo hice, usted me despide, yo lo demando, seguramente ganaría debido a que el juez lo vería como un despido improcedente, porque no hay pruebas de nada–nos sumimos en un silencio, mirándonos de forma desafiante

– Sin lugar a duda, me gusta tu carácter–rodeo el escritorio acercándose a mí, quedamos a un paso el uno del otro– Aparentas ser una tierna ovejita… Pero por dentro, eres una fiera–

– Si no desea nada más, me iré a mi puesto de trabajo–me giré caminando hacia la salida

– Te daré lo que quieras–detuve mis pasos– Dinero, joyas, un ascenso, tú solo pídemelo y te lo daré–me quedé contemplando la puerta, el dinero era algo que necesitaba con urgencia

– ¿C… Cuánto está dispuesto a darme?–cuestioné sin girarme, escuché sus pasos acercarse, se posicionó delante de mí, levante el rostro contemplando sus ojos verdes

– Dime una cifra y te la daré–trague saliva, mordí mi labio inferior con nerviosismo

– Cincuenta mil dólares–

– Los tendrás–dijo de inmediato sorprendiéndome– Pero te lo daré en tres partes, la primera será cuando cenemos con mi familia, la segunda cuando llevemos tres meses y la tercera al culminar los 6 meses que durara el contrato–

– ¿Seis meses?–cuestioné frunciendo el ceño

– Sí, ¿aceptas o no?–me ofreció su mano, la miré con duda, realmente no quería esto, pero era la mejor solución para pagar esa deuda y vivir con tranquilidad

– Acepto–dije estrechando su mano con firmeza, él sonrió asintiendo

– Perfecto, siéntate, lee el contrato–me soltó caminando hacia su escritorio, se sentó en la silla giratoria sin dejar de mirarme, suspiré volviendo a sentarme, me ofreció una carpeta la cual cogí abriéndola, saqué los papeles comenzando a leer

La duración del contrato será de un mínimo de 6 meses, es el tiempo estipulado en el que perdura la relación ficticia. En caso de que algunas de las partes incumplan el contrato, de la parte representada por la señorita Erin Mills, tendrá que devolver el importe adelantado y en caso de la parte representada por el señor Archie Tucker deberá pagar el resto del importe.

– Un momento–dije frunciendo el ceño mirándolo– ¿Por qué esta mi nombre aquí?, ¿Cómo que un mínimo de seis meses?–

– Bueno, sabía que aceptarías, todo el mundo tiene un precio y tú… No ibas a ser menos–sonrió con arrogancia, mordí mi labio por dentro para no insultarlo, sentía mi sangre comenzar a hervir, tenía ganas de tirarle los papeles a la cara y estamparle un puñetazo en esta borrándole esa estúpida sonrisa.

– ¿Cómo que un mínimo de seis meses?–volví a preguntar, el suspiro recostándose

– Solo si me veo en la necesidad de alargarlo un poco, para que mi familia me deje en paz, mira no te preocupes en ese caso te pagaría más–suspiré asintiendo, volví mi vista a los papeles, al pasar de hoja vi las clausuras

  • No nos besaremos si no es necesario.
  • No mantendremos relaciones sexuales.
  • No nos meteremos en la vida del otro.
  • Se firmará un contrato de confidencialidad.

– ¿Estás de acuerdo con todo?–preguntó, podía sentir su mirada penetrante, asentí algo nerviosa por lo que estaba a punto de hacer– ¿Tienes alguna condición que quieras añadir?–

– Y… Yo, me gustaría que nadie en la empresa se enterase de “la relación”–dije haciendo las comillas con los dedos– No quiero que piensen que soy una trepadora–lo escuché suspirar, le miré viendo cómo se levantaba y se acercaba a mí

– ¿No sabes quién soy verdad?–cuestionó apoyándose contra el escritorio, con los brazos cruzados

– Debido a su apellido, he de suponer que es familiar señor Howard Tucker–

– Soy su hijo, por cierto tutéame, serás mi novia–

– Pero estamos en la oficina, aquí, solo soy una empleada, además lo seré de mentira–

– Estamos a solas no pasara nada, ¿siempre estás así?–

– ¿Así cómo?–pregunté sin comprender

– A la defensiva, como si estuvieras rabiosa con la vida–me quedé callada ante sus palabras, si, lo estaba, me habían arrebatado a mi padre, tenía una enorme deuda que apenas podía hacer frente, me tocó madurar ante de tiempo… Todo eso me moría de ganas de gritar, pero no lo haría

– ¿Podemos firmar ya el contrato?–desvié la mirada sintiendo incómoda ante la suya

– Claro, fírmalo–asentí agarrando un bolígrafo que había encima de la mesa, me quedé un momento contemplando el contrato, tenía dudas, estaba a punto de venderme... Sacudí la cabeza, firmándolo sin volver a pensar, porque de lo contrario, sabía que lo rechazaría

– Ya está, ¿puedo irme?–cuestioné poniéndome en pie

– Por supuesto–asentí caminando hacia la puerta– La cena con mi familia es mañana–me giré mirándolo sorprendida

– ¿Tan pronto?–

– Cuanto antes, mejor–suspiré volviendo a asentir– Mañana no vengas a la oficina, te quiero a las diez en punto en esta dirección–dijo tendiéndome un papel doblado, suspiré acercándome cogiéndolo

– Pero, ¿Qué le digo a Well?, él es mi superior–

– Y yo el jefe de ambos–rodé los ojos ante esa sonrisa arrogante que comenzaba a ponerme de los nervios – Pero no te preocupes, me encargaré de él, le diré que te he cogido prestada como mi secretaria temporal–asentí retomando mi camino hacia la puerta– Nos veremos por ahí, cariño–apreté el pomo con fuerza, un escalofrío me había recorrido toda la espalda al escucharle decir eso, respiré hondo abriendo la puerta y saliendo, antes de cerrar vi una sonrisa burlona.

Me desplomé en la silla, me sentía agotada mentalmente, además esa sensación de haberme vendido, aunque más bien diría que me he alquilado por dinero, desvié mis ojos a la fotografía, me quede contemplando el rostro de mi padre.

¿Qué diría el sí supiera de esto?, seguramente se sentiría realmente decepcionado de mí, de solo pensar en ello, un fuerte ardor se instaló en mi pecho, desvié los ojos hacia Aiden, aquel ardor se había intensificado, sentí como mis ojos se iban humedeciendo a pasos agigantados, rápidamente me levante, prácticamente corrí por los pasillos hasta llegar al servicio.

Una vez allí, entre en un cubículo comenzando a llorar en silencio necesitaba sacar la angustia que estaba conteniendo desde qué él, me propuso el contrato y yo acepte.

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