41. Una broma cruel
Natasha
Desde el momento en que vi a Nick después de tantos años, supe que no había perdido mi oportunidad. Claro, lo dejé cuando fue exiliado. No quería vivir en la vergüenza ni cargar con su deshonra.
Pero ahora que se ha liberado y ha recuperado su poder, sé que puede darme la vida que merezco. No pienso permitir que una chica como Penelope se interponga en mi camino.
Cada movimiento que hago está calculado. Al principio, me acerqué a Nick con una expresión de remordimiento, fingiendo ser una amiga que solo busca enmendar los errores del pasado.
Él siempre tuvo una debilidad por las damiselas en apuros, y planeo explotar eso al máximo.
Me dirijo al pequeño estudio que Samuel le ha prestado a Nick, asegurándome de que mi mirada refleje humildad y arrepentimiento.
Está revisando unos documentos, su concentración es palpable. Hago una pausa en la puerta, tomando una respiración profunda para asegurarme de que mi voz suene sincera.
—Nick, ¿puedo hablar contigo un momento? —pregunto,