72• Y luego… vino Margaret.

Me quedé mirando a Edgar sin saber qué decir. Sus palabras me descolocaron por completo. Durante semanas había vivido con una convicción firme, casi automática: Elliot había sido quien entró en la casa, quien tomó los papeles, quien me atacó. Ni siquiera me había permitido dudarlo. Simplemente… lo creí.

Y admitir eso me dolía más de lo que pensé.

Porque en el fondo me partía pensar que él fuera capaz de algo así, pero también sabía en lo que se había convertido. Ese Elliot que volvió después de algunos años, cargado de un rencor que no sabía manejar. Ese Elliot que parecía una sombra de aquel niño al que conocí.

—¿Por qué pensaste que fue Elliot? —preguntó Edgar de pronto, sacándome de mis pensamientos.

Tragué saliva. No quería admitirlo, pero tampoco quería mentirme más.

—Porque él se había presentado incansablemente… —dije al fin, sintiendo el peso de la verdad en cada palabra—. En casa, en el viñedo… exigiéndome que lo vendiera. Que le diera la parte que le pertenecía. Estaba obses
Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App
Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App