Alex se detiene frente a un edificio antiguo, se baja, me abre la puerta primero y luego a Francesca. Entramos, cada una enganchada del brazo de Alex.
-Me siento importante, entrando al teatro del brazo con tan hermosas mujeres.
Lo miro, me sonríe y me da un beso rápido, luego le besa la cabeza a su hermana. Pasamos por una puerta estrecha, Alex nos deja entrar primero y en un acto de apoyo absoluto, Francesca me toma de la mano para que no me pierda y me guía hasta un grupo de personas que están sentados, esperando a que inicie el recital.
-¡Miren quién está aquí! – dice muy emocionada Francesca y todos se vuelven para observarme -.
Alex pasa su mano por mi cintura, acercándome a él, tratando de darme tranquilidad… y lo consigue. Mis piernas dejan de temblar, justo cuando veo a una señora de ojos verdes, rubia y sonriente se acerca a mí con los brazos abiertos.
-Aurora, que linda eres – me abraza con un brazo, porque Alex no me suelta, y me besa a