Estamos en casa al fin con nuestro hijo, Alex se quedó con nosotros por dos noches en el hospital, y durante el día siempre había alguien de la familia que lo reemplazaba para que fuera a cambiarse y a comer algo.
Hoy esperamos la avalancha Russo-Castelli, donde los principales protagonistas son los flamantes abuelos, que se pelean por sostener a su nieto.
-Esposa mía, ya están por llegar nuestros padres, si quieres puedes ir a ponerte cómoda a la sala y yo me encargo de Marco.
-¿Sabes, amor? Creo que debieron ser gemelos, para que cada uno tuviera un nieto que sostener – le digo muy seria a Alex -.
-No te preocupes por eso, mi vida, ya podremos encargar un par de gemelitos preciosos como su madre.
-No me digas eso, porque de verdad que me muero… todavía no sé cómo lo haremos, porque no me convence eso de que dejes la universidad.
-Ya veremos, por ahora tenemo