-Pero que mierda… ¡Son dos! ¡Eran dos! Maldición, ¡son gemelos!
-¡Papá! – se gira y ve a César -. ¿Por qué le pegaste al doble de Alex?
-¿Ese no es Alex?
-¡No! – gritamos César, Lorenzo y yo -.
-Ustedes dos, vengan conmigo ahora – dice señalándonos con el dedo -. Tú, al auto con tu hermana, está muy triste porque vio al gemelo malvado con otra chica.
-Yo no soy el gemelo malvado – dice Lorenzo poniéndose de pie con mi ayuda -.
-Serás el idiota, entonces – se gira a su hijo -. No le digas nada, hasta que llegue uno de nosotros dos a aclarar las cosas.
-¿Qué pasa aquí? ¿Qué hay que aclarar? – pregunto mirando al señor Russo y a mi gemelo, que baja la vista -. Maldición, Lorenzo… lo hiciste otra vez.
Cierro los ojo