Me encuentro sentada en el borde de la cama, mirando a la nada. La conversación que tuve la noche anterior con Alex me hace pensar que tomé una decisión muy apresurada al venir con él apenas conociéndolo, pero ¿qué puedo hacer ahora? Estoy enamorada de él y no puedo cambiar eso en este preciso momento.
Lo que me dijo, acerca de tener un hijo bastardo, es un poco triste e incluso imperdonable. ¿De verdad piensa que soy capaz de hacerlo responsable de un hijo que no es de él? Me parece una locura. Respiro hondo y sacudo la cabeza en un intento de calmar mis pensamientos.
Quizás no debería ser tan estricta con él, probablemente está nervioso y estresado, pero… no, no tengo que justificar sus acciones. Voy a tener que ponerme a hacer algo en esta enorme ciudad, despejar un poco mi cabeza, pensar bien en lo que quiero. Aún estoy a tiempo, todavía no nos casamos.
Tomo una pastilla para las náuseas, las cuales se apoderan de mí ni bien me pongo de pie. No sé si es normal esto que estoy sin