45

CAPÍTULO 45**

Salgo de mis pensamientos cuando escucho golpear a la puerta. Murmuro “Entra” y veo a Lucas entrar con una expresión feliz. Ruedo los ojos al mirarlo.

— ¡Oh Liam ! Te he echado tanto de menos —dice con tono dramático.

Le lanzo una mirada aburrida y le digo :

— ¿Ya está ? Ahora dime, ¿por qué estás aquí ?

— Vamos, hombre, ¿por una vez en tu vida no puedes ser amable ?

— Lucas.

— Vale, vale. —Luego se sienta frente a mí—. Perdón, no pude asistir a tu boda porque estuve fuera de la ciudad un día.

— Te pregunté, ¿por qué diablos estás aquí ?

— Relájate, te lo diré. Bueno, esa chica, eh… ¿cómo se llamaba ? Ah, sí, Bella.

Al escuchar su nombre, frunzo el ceño.

— ¿Y qué pasa con ella ?

— Mira, ya estás casado, no puedes estar coqueteando con la niñera de tu hijo, Liam. Es tan raro.

— Cállate. Es mi esposa.

— ¿QUÉ ? ¿Esposa ? ¿Cuándo y cómo ? Necesito conocerla, no me la has presentado.

— Lo haré más tarde. Ahora, dime qué querías decirme. —Ahora empiezo a impacientarme.

Lucas pone unas fotos sobre la mesa de un tipo. En algunas fotos veo a Bella riendo con él. Mi ira crece al ver la foto de ellos juntos, riendo. Ese tipo parece estar muy cerca de ella.

— Olvidé mostrarte el expediente de este tipo, tenía prisa por salir de la ciudad y se me pasó.

— ¿Quién diablos es él ? —pregunto, con la ira claramente en mi voz.

— Tranquilo, hombre. No es su novio, es solo un amigo. Bueno, no, fue su amigo.

Lo miro confundido.

— Se llama Steve. Steve Williams. Tu esposa perdió su empleo en el café y fue a verlo, supongo, para pedirle ayuda porque él era su único amigo. Pero este idiota intentó violarla en lugar de ayudarla. Sin embargo, ella logró escapar y salvarse.

Al escuchar esto, mi mandíbula se tensa y mi mano se convierte en un puño. Ese tipo intentó violar a mi Bella.

— ¿Tienes más información sobre él ? —pregunto.

— No. Nada. Estoy haciendo lo posible por encontrarlo.

Asiento con la cabeza.

— Sigue intentándolo y avísame si encuentras algo.

Una vez que lo tenga, está muerto seguro.

— Entonces, ¿cuándo piensas presentarnos a tu esposa ? —pregunta Lucas.

— No lo haré.

— ¿Cómo que no lo harás ? Quiero conocerla a toda costa. Debe ser bonita.

Lo miro fijamente.

— Es mía.

Lucas me mira sorprendido.

Uh-oh. No debí decir eso.

Sonríe.

— ¿Mía ? ¡Oh, hombre ! Alguien se ha enamorado.

— Cállate y sal de aquí.

— Debes estar de acuerdo, te has enamorado de ella. Al fin y al cabo, te has enamorado de alguien. Estoy tan, tan feliz.

Ruedo los ojos.

— Por cierto, ya me voy. Tengo trabajo que hacer.

Asiento con la cabeza. Se levanta de su asiento y se dirige hacia la salida, cuando se detiene y se da vuelta.

— Eh, ¿puedes fijar una cita con tu asistente ? Está muy guapa.

— Sal de aquí —le digo, irritado.

— Solo una cita. Por favor.

— ¿Por qué no vas tú a preguntarle ? Yo no tengo ningún problema.

— ¿Estás seguro ?

— Claro. Ahora, lárgate. Tengo trabajo que hacer.

— Vale. Y una cosa más, no pienses mucho en mí. Volveré a verte.

Ruedo los ojos ante sus palabras. ¿Por qué siempre tiene que ser tan molesto ?

Esa noche, cuando veo que son las 7 de la tarde, me pongo el abrigo y salgo del trabajo. En el camino a casa, decido comprar unos donas para Ryan porque le encantan, y desde esta mañana lo regañé, así que debería compensarlo. Compro las donas cuando mis ojos caen sobre el pastel de chocolate que tienen allí. Al ver el pastel, una sonrisa instantánea aparece en mi rostro : Bella. A ella le encantan los pasteles de chocolate, creo que debería comprarle uno.

Después de comprar el pastel de chocolate y las donas, llego a casa. Cuando entro, veo a Ryan sentado solo en el salón, mirando la televisión. Está solo.

Es la primera vez desde que me casé con Bella que lo veo sentado solo al regresar del trabajo. Normalmente siempre está con Bella haciendo alguna travesura.

Me acerco a él y me siento a su lado. Al escanear su rostro, me doy cuenta de que tiene un aire triste. Ni siquiera nota mi presencia a su lado. Lo abrazo, sacándolo de su mundo de fantasía.

— Oye, campeón, ¿qué pasa ? Te ves triste. ¿Estás triste porque fui grosero esta mañana ? —le pregunto.

Con la misma cara triste, sacude la cabeza.

— Entonces… ¿Maria te regañó ?

Vuelve a sacudir la cabeza.

— ¿No ? Hmm… ¿Entonces Bella te regañó ?

Nuevamente sacude la cabeza.

— Entonces, ¿por qué estás triste ?

— Mamá está triste —dice en voz baja.

Mis cejas se fruncen.

— ¿Mamá está triste ? —le pregunto.

Asiente con la cabeza.

— ¿Por qué ?

Se encoge de hombros.

— No me lo dijo. No ha salido de la habitación desde que regresó de la casa de la niñera. Traté de hablar con ella, incluso traté de hacerla reír, pero solo me dio una sonrisa débil. Pensé que tal vez debería dejarla tranquila por un rato, tal vez se sentiría mejor, pero nada ha cambiado. Ni siquiera comió su almuerzo. No es como ella.

¿Cómo ? Debería estar feliz después de haber visto a su niñera. ¿Por qué se comportaría así ?

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