—Víctor Manuel tenía defectos…
—¿Pero alguna vez se lo dijiste a Juan? Piénsalo, a ti no te hubiera gustado que él hubiera estado hablando de una ex perfecta haciéndote sentir menos.
Daniela se quedó en silencio y luego le dijo.
—Está bien, tienes toda la razón, lo admito. Pero eso ya es pasado y no me lo vuelvas a recordar.
—Pero fuiste tú que lo sacaste a colación cuando dijiste, “Tú sabes quién.”
—¡Está bien fui yo! Cambiemos de tema…—se interrumpió cuando llamaron a la puerta y dijo en voz alta. — ¡Adelante!
Era la señora Rita, su nueva secretaria.
—Disculpen, con su permiso. Señora Castillo la busca un señor que se identificó como el abogado Fermín Trejo.
Sofía y ella se miraron confusas.
—¿Abogado? ¿Me busca a mí, está segura? —preguntó Daniela.
—Sí, la nombró a usted, señora.
—Quizás sea la recomendación de algún cliente. Después de todo, los abogados también decoran su casa. —dijo Sofía.
—Tienes razón—dijo Daniela sonriendo—Señora Rita, dígale que pase.
—Sí, señora