Capítulo 14.
~Alana~
El agua tibia humedece mi piel, calmando aquel malestar que se había producido hace varios minutos.
No había palabras; yo aún no encontraba la pregunta correcta para hacerle. Todo lo que ahora podía sentir era el agua cayendo sobre mi espalda y brazos con lentitud.
El suave sonido del agua al gotear llenaba el espacio; sus suaves roces en mi piel eran muy sutiles y podía sentir y escuchar incluso nuestras respiraciones.
Kyra estaba más que tranquila en mi mente y, del mismo modo, podía sentir que él, de cierta forma, ya no estaba tan tenso.
Aún olía su sangre, el aconito en ella; la herida debe seguir abierta, manchando el agua de carmesí.
—¿Cómo resultaste herido?— fue mi primera pregunta, apretando más mi agarre en mis brazos sin estar segura.
—Un hombre logró emboscarme en el bosque. Lograron separarme de mi grupo, llevándome hacia unas rocas altas. Allí, el hombre esperaba en lo alto y si no me hubiese dado cuenta un segundo antes de que se lanzara, aquel puñal hubi