—Qué cosa, resulta que todo el camino venías dándole vueltas a esto. ¿Y por qué no me lo dijiste antes? —Rocío se sintió aliviada al ver que su esposo aún la consideraba.
—Mi papá conoce al abogado de Rowan. En cuanto amanezca, le voy a decir que lo contacte para que puedan hablar.
El enojo en los ojos de Flavio desapareció al instante. Emocionado, le dio un beso en la mejilla.
—¡Sabía que casarme contigo fue la mejor decisión de mi vida!
Rocío se sonrojó de alegría y le dio una palmadita en el pecho.
—Ya somos marido y mujer, bastante viejos también, ¿no te da vergüenza que alguien nos vea?
—¿Y qué si nos ven? Además, a estas horas no hay nadie en el hospital.
Rocío se rio, aún más complacida.
—Oye, ¿y Saúl? ¿No dijo que venía? Ya casi nos vamos y todavía no aparece —dijo, sacando el celular para llamarlo.
El tono sonó solo unos segundos antes de que cortaran la llamada.
Rocío miró la pantalla, molesta.
—¿Y este mocoso qué estará haciendo ahora? ¿No habrá salido a divertirse con esos