Pov. Dominic

Estoy en la oficina cargado de trabajo. La fusión de la empresa de Valentina y la mía ha traído el doble ganancias… pero también el doble de responsabilidades. Siento el peso sobre mis hombros, como si cada correo y cada firma me alejaran más de mí mismo. Necesito que llegue el viernes. Necesito verla. Necesito olvidarme de lo que soy.

Escucho el teléfono de la oficina sonar.

—Dime —le digo a Lucy.

—Es Sabrina Cifuntes. Está abajo, te está esperando.

—Bien, hazla pasar.

Respiro hondo. Me estresa. Si no fuera porque este contrato es importante, porque este negocio beneficia a ambas empresas, no la atendería. Es intensa, demasiado. Aún sabiendo que me casaría con Valentina, insistió en tener algo conmigo. Nunca entendí cómo me pudo gustar esta mujer. Supongo que por su belleza. Es innegablemente atractiva, pero lo que tiene de linda lo tiene de caprichosa. Típica niña rica.

Veo la puerta abrirse. Entra con su amplia sonrisa.

—Hola, bombón —dice, y sonrío con cortesía.

—Hola