POV Valentina
Los días pasan volando.
La evaluación del comensal de Roma fue un éxito. Nos dio una crítica excelente, y Victoria y yo no podemos estar más felices.Nuestro restaurante ha ganado otra estrella Michelin. Ahora tenemos dos.
No puedo sentirme más orgullosa de lo que he logrado.
Cocinar es mi pasión.
Cocinar… es como tener sexo.
Es arte. Se siente. Se disfruta. Se vive.
Cuando estoy en la cocina, el mundo deja de existir.
Me dejo llevar por mis utensilios, por los aromas, los sabores, y dejo que mi alma se exprese a través de cada plato.
Yo cocino. Y Victoria se encarga del resto: relaciones públicas, administración… todo eso en lo que soy un completo desastre.
Esta semana, Dominic vino dos veces al restaurante. Cada vez es más frecuente su presencia. Pero esta vez, algo llamó mi atención: Le dijo al mozo que me felicitara, que todo estaba exquisito.
Obviamente, él no sabe que yo soy la chef. Ni que trabajo aquí.
Victoria siempre me avisa cuando él hace una reservación, y es