Las palabras de Zoe no dejaban de retumbar en mi cabeza luego de enterarme de que Mikaela y Edrik pronto serían padres.
Habían pasado varias semanas desde entonces, me encontraba en mi oficina mirando el paisaje y pensando en todo un poco.
Unos toques en la puerta me sacan de mis pensamientos, al dar la voz de pase sonrió al ver a Zoe y Mikaela.
—¿Te interrumpimos?
—Para nada —Le sonrió y se acercan saludándome —. ¿Qué las trae por aquí?, pensé que estarían en casa con el pequeño Mija.
—Vinimos hablar contigo —Responde Mikaela sonriéndome.
— A decir verdad estamos preocupadas por ti y por Alex —Responde Zoe tomando asiento —. Se que las cosas no andan bien entre ustedes.
Y era completamente cierto, luego de aquella noche en que este me comentara sobre la idea de ser padres mi comportamiento con él cambio.
Era un tema muy delicado e incómodo el cuál no podía darle una respuesta a la ligera.
—Si. Tuvimos una discusión hace unas noches y desde entonces no va a mi apartamento y muc